En el momento de su fallecimiento en 2019, Emiliano Sala, de 28 años, era uno de los futbolistas argentinos más destacados en Europa. Su carrera estaba en ascenso, proveniente del FC Nantes y con destino al Cardiff FC, tras un traspaso récord de casi 20 millones de dólares.

La fatídica jornada del 21 de enero, el jugador abordó un vuelo privado, la avioneta Piper PA-46 Malibú, con destino a Gales para unirse a la Premier League. Sin embargo, la aeronave se estrelló a 27 kilómetros de la isla de Guernsey poco después del despegue.

Los informes forenses revelaron que Emiliano Sala sufrió un “envenenamiento grave por monóxido de carbono”, lo que lo dejó inconsciente antes del impacto en el agua. El accidente también cobró la vida de David Ibbotson, el piloto de la avioneta.