El gobierno nacional formalizó el regreso de la Argentina a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), el organismo regional del que la Argentina había salido hace cuatro años por decisión del expresidente Mauricio Macri, en su proyecto alineado a Washington y gobiernos latinoamericanos de derecha.

El anuncio del retorno a ese espacio creado en 2004 y constituido en 2008 para fortalecer los vínculos políticos y económicos de los países sudamericanos fue notificado hoy por la Cancillería argentina.

“El regreso de la Argentina a la Unasur le suma al país una opción integradora que no es excluyente de ninguna otra”, resalta la misiva dirigida a los países que integran el bloque, firmada por el canciller Santiago Cafiero.

Para el gobierno de Alberto Fernández “es crucial toda instancia que agregue poder de decisión nacional y consolidación de una región cada vez más integrada, con mayor comercio intrazona y mejores niveles de cooperación”, añadió el texto.

Decisión soberana

“Por decisión soberana, la Argentina vuelve a la Unasur como Estado Miembro para promover su revitalización institucional y construir una región cada vez más integrada”, destacó Cafiero al hacer el enuncio por las redes sociales.


 

La medida del gobierno del Frente de Todos es el corolario de una voluntad que había sido expresada a inicios de la administración y que fue ratificada el 21 de marzo pasado, durante la reunión del Grupo de Puebla y del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (Clajud), en el Salón de los Pueblos Originarios, en la Casa Rosada.

La desarticulación de la Unasur

De esta manera, la Argentina retorna de forma plena al bloque regional, tras la salida concretada por el expresidente Macri pero impulsada por el entonces titular de la Casa Blanca, Donald Trump, y los demás mandatarios alineados: Lenin Moreno (Ecuador), Jair Bolsonaro (Brasil), Sebastián Piñera (Chile), Iván Duque (Colombia) y Horacio Cartés (Paraguay), entre los principales.

La desarticulación de la Unasur, organismo creado por impulso de Néstor Kirchner, Lula Da Silva, Hugo Chávez y Evo Morales, tuvo como excusa su aparente falta de liderazgo y la supuesta necesidad de fortalecer el Grupo de Lima y crear un organismo más amplio, como lo fue el Prosur.

Desde el Prosur, una entidad que nunca tuvo claridad institucional, se promovió la arremetida contra el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro que tuvo a Macri como un férreo operador para una posible intervención militar estadounidense y multiregional en Venezuela.

La descomposición de la Unasur fue promovida a tal punto que se la desalojó de su sede y despojó de sus objetos más simbólicos, a fin de que no quedara nada que la recuerde. Sólo quedaron cuatro miembros pleno: Venezuela, Bolivia, Guyana y Surinam.

Vuelta a la región

Con el retorno de los gobiernos progresistas en Latinoamérica, la embestida de la derecha fue reculando. Ahora está integrada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.

Cafiero comunicó a los estados miembros que, “con motivo de dar continuidad a la participación” de la Argentina como Estado miembro, “se remitirá a la mayor brevedad posible un nuevo instrumento de ratificación, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 26 del Tratado Consultivo” del bloque.

La nota también destacó que los bloques de integración “son muy importantes para garantizar” que América Latina y el Caribe “continúen siendo la zona de paz más densamente poblada del mundo, justamente en un momento en que el planeta muestra signos graves de fragmentación e inestabilidad”.