Marcelo Gallardo fue despedido de Al-Ittihad, el equipo de Arabia Saudita, luego de una serie de malos resultados. El entrenador más ganador de la historia de River nunca le encontró la vuelta al equipo, más allá de los cortocircuitos con Karim Benzemá y las ausencias de peso en los últimos encuentros. El Muñeco, en su primera experiencia en el exterior lejos de Núñez, no estuvo a la altura de sus pergaminos, conseguidos en nuestro medio y en América del Sur.
La intención, en una primera instancia, era terminar la temporada y alejarse de Arabia Saudita, pero las autoridades tomaron una drástica decisión con el conductor, de 48 años, que duró apenas seis meses en suelo árabe. Dirigió 30 partidos, con un opaco saldo de 14 victorias, 3 empates y 13 derrotas.
Su Al-Ittihad ya estaba en picada. Tras la derrota de hace casi un mes por la Supercopa de Arabia Saudita, un lapidario 0-5 en casa a manos de Al-Ettifaq resultó la tercera caída sucesiva en la Saudi Pro League, y se desvaneció la posibilidad de acceder a la Champions League de Asia: la disputarán los tres primeros del torneo, y el equipo amarillo marcha quinto, a 8 puntos del tercero y con apenas tres fechas para el final del campeonato. Dependía de casi un milagro para disputar una copa internacional.
A mediados de abril, Al-Ittihad perdió la final por la Supercopa de Arabia Saudita a manos de Al-Hilal, el equipo del portugués Jorge Jesús, por 4-1. Ese día, un espectador, con vestimenta tradicional de Medio Oriente, dirigió enojado un par de latigazos contra uno de los dirigidos por Gallardo. Antes, en diciembre último, al cabo de un revés contra Al-Nassr y Cristiano, en las redes pasaron a apodar “Ben Hazima” al francés Karim Benzema, de origen argelino. “Ben Hazima” significa en árabe “Hijo de la Derrota”; el delantero cerró su cuenta de Instagram. Ahora, los cuestionamientos llegaron directamente al ex entrenador de River.