Uno de los papelones más extraños que se vivió a lo largo de la historia se dio en el inicio del fútbol en los Juegos Olímpicos que se desarrollan en París. Argentina cayó ante Marruecos en un encuentro que tuvo una postergación de más de una hora y cuarenta minutos, con la intervención del VAR que anuló la conquista de Medina que hubiera establecido el empate.

La anomalía que se observó en el estadio, con invasión a la cancha de una gran cantidad de fanáticos africanos y las agresiones con proyectiles hacia los jugadores sudamericanos continuó con la controvertida decisión del árbitro sueco Glenn Nyberg, de permitirle a los protagonistas realizar una entrada en calor de 10 minutos para disputar los últimos 180 segundos que quedaban pendientes. Las tribunas vacías y la ausencia de colaboradores marcaron el episodio surrealista en el primer compromiso del Grupo B del certamen internacional, disputado en el estadio Geoffroy-Guichard de Saint-Etienne.

“Comentarte qué pasó, no lo sé. Estuvimos una hora y media en el vestuario, donde en ningún momento nos comentaban qué es lo que podía pasar, nunca nos avisaron. ‘Estamos viendo’, nos decía. De hecho los tres capitanes de Marruecos entraron al vestuario y no querían seguir jugando. La posición nuestra era no jugarlo más porque nos tiraron un millón de cosas, se paró el partido siete veces… No me pasó nunca como jugador que en un partido de este nivel falle siete veces la seguridad. ¡Siete veces falló!”, dijo el DT en rueda de prensa.

Fue en ese contexto, tras todo lo ocurrido, que el conductor de la Sub 23 sorprendió a todos con un dato: el plantel argentino sufrió un robo en el predio horas antes de saltar al campo de juego de Saint-Etienne para afrontar el debut. “Ya está… Mirá, ayer entraron al entrenamiento y nos robaron, en los Juegos Olímpicos. A Thiago Almada le faltó un reloj, anillos, todo, en un entrenamiento en los Juegos Olímpicos. No quisimos decir nada después del entrenamiento, pero ya está. Creo que no sirve de nada. Obviamente tampoco nos gustan que pasen este tipo de cosas. No pretendemos que nos beneficien ni mucho menos, pero tampoco tomarnos el pelo como nos lo tomaron hoy”.

 

El robo ocurrió “cuando los chicos se fueron a bañar”, algo que se contrapone con los estrictos controles de seguridad que hay en el evento: “Después todo el tiempo te están pidiendo la credencial o a gente que está dentro de la delegación no la dejan entrar al vestuario”.

 

Más allá de todo esto, el Jefecito pidió “dar vuelta la página” para quedarse con las “cosas positivas” del equipo. “Hay que buscar las dos victorias que vamos a necesitar para clasificar”, agregó. Sin embargo, confesó que el plantel tiene “una confusión muy grande” y explicó: “No recuerdo algo a este nivel que se suspenda un partido durante una hora y media, después hacer un calentamiento de diez minutos para jugar tres minutos. Inclusive, ahí viendo un poco la imagen, cuando golpea Otamendi se podía revisar si había un posible penal y ni lo revisaron. Pero bueno, tuvieron tiempo de sobra para hacerlo antes seguramente”.