San Martín dejó en el pasado el duro golpe de la final perdida frente a Aldosivi hace poco menos de una semana y se recuperó con un triunfazo 2-1 ante San Telmo en la Isla Maciel para quedar a un pasito de acceder a la semi del Reducido.
Pese a ser la ida de la serie y quedar la vuelta en la Ciudadela, el Santo consiguió una diferencia importantísima para llegar un poco más relajado al encuentro de la próxima semana y, lo más determinante, despejar los fantasmas que sobrevolaron tras el ascenso perdido en el Gigante de Arroyito. Claro, porque ahora el Candombero deberá ir al Norte con la obligación de imponerse por dos goles de distancia para seguir con vida.
Después de un primer tiempo con poco juego y escasas situaciones de peligro, las emociones aparecieron en el complemento. Dentro de un trámite parejo, el Ciruja logró abrir el marcador por medio de la pelota parada: Pablo Hernández metió el cabezazo y contó con la fortuna de un desvío en Gabriel Ramírez para descolocar a Brian Bustos.
Ahí, con la necesidad de evitar la derrota, Alfredo Grelak apeló a los cambios, puso muchos jugadores ofensivos y se descuidó atrás, algo que terminó favoreciendo a un San Martín que estiró la diferencia con Lautaro Fedele y que desperdició varios ocasiones para que el resultado fuera más abultado. Sin embargo, el Candombero tuvo una reacción cerca de la finalización del partido y acortó la brecha a través de un remate de Franco Tisera.
De esta manera, el Santo, que cuenta con la ventaja deportiva, hasta podría perder por un gol en Tucumán e igual se metería en la próxima instancia del Reducido.
Fuente Olé
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