Consciente de la oportunidad de alcanzar la punta de la Zona A, el Ciruja salió con mayor determinación, se hizo dueño de la pelota y puso en aprietos al local en su propia cancha. La dinámica de la mitad de la cancha, las escaladas de Gonzalo Bettini por su costado y el peso ofensivo de Junior Arias llevaron a que la visita tuviera volumen de juego y, de tanto insistir, llegar a la apertura del marcador por medio de Agustín Dattola, el defensor central que se puso el traje de centrodelantero para definir ante la mirada de Esteban Glellel.
Lejos de tirarse atrás y especular con el resultado, San Martín siguió yendo. Pero el Cervecero se encontró con la igualdad a través de la pelota parada. Si bien le costó hilvanar pases, el equipo llegó a la paridad por la cabeza de Matías Ferreira, quien saltó más alto que el arquero Darío Sand y llevó un poco de tranquilidad al conjunto del Huevo Rondina, que venía de ganar sus dos primeros partidos al frente del plantel.
En el complemento, ambos bajaron la intensidad, algo que parecía beneficiarle a un Quilmes que estuvo muy cerquita de darlo vuelta con la aparición de Lautaro Parisi y un remate que se fue al lado de un palo. Ahí, el Traductor Flores apeló a los cambios y acertó: metió al Turbo Rodríguez a los 31 minutos y, poco más tarde, el histórico jugador le pagó con el 2-1 para dejar mudos a los hinchas del Cervecero y llevarse tres puntazos al Norte del país para seguir ilusionándose en grande con dar el salto a la Liga Profesional.
Fuente Olé