En un primer momento se dijo que un bombardeo israelí mató este martes a unas 200 personas en un hospital de la Franja de Gaza, indicó el Ministerio de Salud de ese territorio palestino gobernado por el movimiento islamista Hamas, que aseguró que en el lugar había cientos de heridos y desplazados. Fuentes locales citadas por la agencia palestina de noticias Maan aseguraron que tras el bombardeo se desató un incendio en el hospital.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, mencionó en “X” que este ataque se trató de un intento fallido de atacar a Israel. A través de un comunicado en la página oficial del Gobierno de Israel compartió la información del primer ministro y afirmó que el ataque fue perpetrado por la organización terrorista Yihad Islámica.
Una explosión en el hospital bautista Al-Ahli de la Franja de Gaza, que causó este martes por lo menos 500 muertos según el Ministerio de Salud del enclave -pero que según el Ejército israelí fue causado por un fallido lanzamiento de un misil de parte de la Jihad Islámica, grupo aliado de Hamas-, elevó como nunca la tensión en este rincón del mundo y pareció abrir nuevos escenarios.
El bombardeo, dio lugar a acusaciones cruzadas, inflamó aún más los ánimos. “Todo el mundo sabe: los barbáricos terroristas de Gaza son quienes atacaron el hospital, no el Ejército israelí. Ellos, que brutalmente mataron a nuestros chicos, también matan a sus chicos”, clamó el primer ministro Benjamin Netanyahu, que pareció consciente de que este ataque, que enmudeció al mundo, podría volverse un bumerán para Israel.