La crisis en Venezuela sigue escalando, con más de mil detenidos y numerosas denuncias de represión y fraude electoral. La situación ha desencadenado una crisis institucional profunda y una respuesta internacional contundente. Los diplomáticos argentinos han abandonado el país debido a amenazas y el conflicto abierto entre el presidente argentino Javier Milei y el líder venezolano Nicolás Maduro. A nivel internacional, el triunfo de Maduro no es reconocido por muchos países.

Pero, ¿cómo viven esta situación los venezolanos que se encuentran fuera de su tierra natal? En Tucumán, Argentina, la comunidad venezolana se ha unido en jornadas de oración y apoyo mutuo. Angelí, una venezolana que vive en Tucumán desde hace siete años, comparte su experiencia y la de su comunidad.

“Ayer nos juntamos en un bar varios venezolanos de distintas edades. Mi madre tiene 70 años y los chicos tienen más o menos mi edad. Todos coincidíamos en lo mismo: más allá de la angustia y el dolor que sentimos, escuchar a nuestros familiares llorar es devastador. Siempre hemos sido optimistas, pero ahora cada audio es un llanto y un dolor generalizado en el país”, comenta Angelí.

La información que llega a la diáspora venezolana está filtrada por la censura del gobierno de Maduro. “En Venezuela no hay libertad de expresión. Los pocos canales de noticias que quedan están controlados por el gobierno. Nosotros nos enteramos de lo que pasa a través de influencers en WhatsApp, Instagram y Twitter”, explica Angelí. Sin embargo, la censura también ha alcanzado a estos influencers, quienes enfrentan órdenes de captura por informar sobre la situación en el país.

Angelí llegó a Tucumán en 2017, impulsada por la grave situación en Venezuela. “En 2014 todo empeoró. Para 2016 ya no había medicinas ni comida. Mi hija se enfermó dos veces con dengue y no había suero para hidratarla. Decidí que tenía que salir de Venezuela”, relata.

A pesar de la desesperanza, los venezolanos no han bajado los brazos. “Muchos amigos que habían emigrado han vuelto para votar y se han quedado para manifestar. La resistencia continúa”, asegura.