El papa Francisco no pudo leer el discurso que tenía preparado a los miembros de la Conferencia de rabinos europeos este lunes. Con la voz cansada, el sumo pontífice explicó que no estaba bien de salud.

“Buenos días, los saludo a todos y les doy la bienvenida. Gracias por esta visita que tanto me gusta, pero sucede que no estoy bien de salud y por eso prefiero no leer el discurso, sino dárselo y que ustedes lo lleven”, anunció.

No obstante, cabe destacar que Francisco no interrumpió las actividades de su agenda.

De acuerdo a lo que informó Télam, su vocero, Matteo Bruni, aclaró en medio de la preocupación por la salud del papa que “tiene un poco de resfrío” por lo que prefirió no leer el discurso.

Las actividades incluyeron un encuentro de 40 minutos con el líder catalán, Pere Aragonés, y Bruni aclaró: “El resto de las audiencias del día se dieron con normalidad”.

Francisco les entregó su discurso a los rabinos europeos, en un mensaje en el que planteó que “una vez más la violencia y la guerra han estallado en esa Tierra que, bendecida por el Todopoderoso, parece continuamente opuesta por la bajeza del odio y el ruido fatal de las armas“, en relación a la guerra en Medio Oriente.

En tal sentido, mostró su preocupación “por la proliferación de manifestaciones antisemitas” y expresó “firmemente” su condena.

El papa transmitió en su discurso que “en este tiempo de destrucción”, los creyentes están llamados “para todos y sobre todo, a construir la fraternidad y a abrir caminos de reconciliación”.

A modo de conclusión, sostuvo que “ni las armas, ni el terrorismo, ni la guerra, sino la compasión, la justicia y el diálogo son los medios adecuados para construir la paz”.