Este martes, Finlandia se unió oficialmente a la OTAN en respuesta a la invasión rusa de Ucrania, lo que aumentó su frontera con Rusia en 1300 kilómetros. La medida ha puesto en alerta a Moscú, lo que llevó al portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, a afirmar que deben tomar medidas para garantizar su propia seguridad táctica y estratégica.
La entrada de Finlandia en la alianza atlántica es una paradoja para el presidente ruso, Vladimir Putin, ya que invadió a su vecino con el pretexto de evitar la expansión de la OTAN. Mientras tanto, en Washington, la incorporación fue celebrada, y el secretario de Estado, Antony Blinken, ironizó diciendo que esto era lo único por lo que podríamos agradecer a Putin, ya que su agresión hizo que muchos países aumentaran su defensa.