Las olas de calor en Estados Unidos, Europa y China, con temperaturas récord de más de 40 y 50 grados en algunas regiones, hubieran sido “casi imposibles” sin la existencia del cambio climático, aseguró la red World Weather Attribution (WWA).
Esta red científica, que estudia el vínculo entre los fenómenos meteorológicos extremos y el cambio climático, estima que los desajustes del clima causados por la actividad humana hicieron “al menos 50 veces más probable” la ola de calor registrada recientemente en China.
La WWA apuntó que el cambio climático “ha hecho que las olas de calor sean más largas y frecuentes”, fenómeno que se explica, en parte, por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por actividades humanas.
“Las recientes olas de calor ya no son acontecimientos excepcionales” y “serán aún más intensas y frecuentes si las emisiones no se reducen rápidamente”, aseguran los investigadores del organismo, según consignó la agencia AFP.
Aunque los fenómenos naturales como anticiclones o El Niño pueden contribuir a las olas de calor, los especialistas remarcaron que “calentar las temperaturas del planeta quemando combustibles fósiles es la razón principal por la que son tran graves”.
En julio, distintas olas de calor han afectado amplias zonas del hemisferio norte, con más de 50ºC registrados en el Valle de la Muerte californiano (EE. UU.) o el oeste de China; un récord histórico de 45,3ºC en la región española de Cataluña y más de 43ºC en Phoenix (Arizona, EE. UU.) desde hace 24 días.
Los autores del estudio, siete científicos de Países Bajos, Reino Unido y EE. UU., utilizaron datos meteorológicos históricos y modelos climáticos para comparar el clima actual y el calentamiento global de 1,2 grados con el del pasado. Cabe mencionar que las conclusiones de su trabajo aún no fueron publicadas en revistas científicas para la revisión de sus pares.
Los científicos prestaron especial atención a los periodos en que el calor fue “más peligroso”, es decir, del 12 al 18 de julio en el sur de Europa; del 1 al 18 de julio en el oeste de Estados Unidos, Texas y el norte de México; y del 5 al 18 de julio en el centro, este y oeste de China.
Una de las consecuencias del cambio climático, apuntaron los investigadores, es que se están intensificando las temperaturas. En Europa las olas de calor son 2,5ºC más cálidas, en América del Norte aumentaron 2ºC y en China 1ºC.
Según la Nasa y el observatorio europeo Copernicus, julio de 2023 “se convertirá en el julio más caluroso jamás registrado”.
“En el pasado, tales acontecimientos habrían sido aberrantes. Pero en el clima actual, ahora pueden ocurrir aproximadamente cada 15 años en Norteamérica, cada 10 años en el sur de Europa y cada 5 años en China”, explicó Mariam Zachariah, científica del Imperial College London, que contribuyó al estudio.
Estas olas de calor “serán aún más frecuentes y se producirán cada dos o cinco años” si el calentamiento global alcanza los 2 grados, “lo que podría ocurrir dentro de unos treinta años, a menos que todos los países firmantes del Acuerdo de París cumplan plenamente sus compromisos actuales de reducir rápidamente sus emisiones”, añadió.
Por su parte, la climatóloga británica Friederike Otto se manifestó optimista al señalar que “estas olas de calor no son la prueba de un «calentamiento global desbocado» o del «colapso climático»”, y sostuvo que “todavía estamos a tiempo” de revertir los efectos del calentamiento global.
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