A casi un mes de la pelea callejera entre estudiantes, la comunidad educativa del Colegio IPT, ubicado en Crisóstomo Álvarez al 600, vive momentos de tensión. La decisión de las autoridades del colegio de expulsar a tres alumnos ha generado una fuerte reacción entre padres y estudiantes.
Los padres de los alumnos expulsados sostienen que sus hijos no son chicos violentos y señalan a los directivos del colegio como responsables de una decisión que consideran injusta.
En respuesta a la medida, padres y alumnos llevaron a cabo una sentada pacífica frente a la institución. Los manifestantes exigen que se revise la decisión de expulsión y que se tomen acciones contra la directora del colegio, a quien responsabilizan por la situación actual.
Por su parte, los estudiantes del colegio también mostraron su apoyo a los compañeros expulsados. Habían planeado realizar una sentada dentro del colegio para pedir que se revirtiera la decisión, pero las autoridades del instituto les negaron el permiso.