El pasado 16 de agosto, Daniel López, un chofer con más de tres décadas de experiencia en el transporte público, recibió un telegrama de despido con causa, quedando desvinculado de la empresa donde trabajó durante 27 años. La compañía argumenta que su decisión se basó en la difusión de un video que Daniel grabó para advertir sobre una falla mecánica grave en una de las unidades de la flota, lo que, según la empresa, podría haber dañado su reputación.

En una entrevista exclusiva, Daniel reveló que el video tenía como objetivo alertar a sus compañeros sobre el riesgo inminente que representaba el desperfecto, no solo para los pasajeros, sino también para los propios conductores. “Estamos hablando de vidas en riesgo”, expresó con preocupación. Sin embargo, su acción, motivada por el deber moral de proteger la seguridad de otros, le costó su empleo.

A pesar de estar con licencia médica debido a problemas de salud que le impedían continuar trabajando, Daniel recibió el telegrama de despido, quedando en una situación económica desesperante. Como único sostén de su familia, que incluye a una hija y un nieto, ahora enfrenta una realidad incierta sin acceso a una indemnización. “No sé cómo seguir adelante”, comentó, visiblemente afectado por la situación.

Daniel también insinuó que su despido podría estar vinculado a un intento de la empresa de disuadir a otros empleados de denunciar irregularidades, enviando un mensaje de advertencia. “Esto es un despido para hacer escarmiento, para que nadie más hable”, afirmó. Mientras tanto, el sindicato al que pertenece ha mantenido un silencio que lo ha dejado solo en su lucha por recuperar su trabajo y asegurar el bienestar de su familia.