Las ventas en los supermercados han experimentado una notable caída del 7,3% en comparación con el mismo período del año anterior, según datos recopilados hasta marzo. Este descenso refleja una disminución generalizada en el consumo, planteando preocupaciones entre los representantes de las grandes cadenas.
La falta de respuesta por parte de los consumidores ante las ofertas y promociones ha generado inquietud en el sector. A pesar de los esfuerzos por parte de las cadenas para incentivar las compras, la demanda ha mostrado una tendencia a la baja.
La situación afecta no solo a las grandes cadenas de supermercados, sino también a los autoservicios y locales de cercanía. Esta caída en las ventas ha generado un ambiente de incertidumbre en el sector, que busca comprender las razones detrás de esta falta de respuesta por parte de los consumidores.