Por el asesinato de Verónica Beatriz Rivero (33), su ex pareja Migue Ángel Toledo (43) fue condenado a la pena de prisión perpetua tras ser declarado autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado por la relación de pareja preexistente.
La sentencia surgió de un acuerdo de juicio abreviado firmado entre el imputado, asistido por su abogado defensor, y el fiscal Miguel Ángel Varela, titular de la Unidad Especializada en Homicidios del centro Judicial Concepción.
Toledo reconoció haber perpetrado el ataque mortal contra Rivero, el 10 de julio de 2022, en la vivienda que compartían en el paraje de Monte Rico. Según se pudo reconstruir, la pareja convivió durante 18 años en dicho domicilio junto a sus cuatro hijos. Un tiempo antes del crimen, empezaron un proceso de separación y la mujer comenzó una relación sentimental con otra persona, situación que había sido puesta en conocimiento por parte de la víctima al agresor. El día del hecho y luego de una discusión, el acusado le asestó dos puñaladas en el pecho.
La auxiliar de fiscal, Emilia López Delgado, presentó el convenio arribado entre las partes y las evidencias reunidas durante la instrucción que lograron acreditar las circunstancias del crimen y el grado de participación del acusado.
Esta mañana el tribunal interviniente emitió el fallo condenatorio y ordenó el traslado de del femicida a la Unidad Penitenciaria número 3.
El caso
El 10 de julio de 2022, Toledo y Rivero almorzaron junto a dos de sus hijos en la casa familiar. Luego los menores se fueron a jugar y el matrimonio quedó solo en el lugar. Cerca de las 15.30 horas, la mujer recibió un llamado telefónico de la persona con la que había iniciado la nueva relación. Una vez que cortó la llamada, el acusado le reclamó por ese episodio, situación que derivó en una fuerte discusión y un forcejeo entre ambos. En esas circunstancias fue que el hombre tomó un arma blanca y le asestó dos puñaladas en la zona del tórax, lo que le produjo un shock hipovolémico secundario a un hemotórax que le causó la muerte. El agresor se dio a la fuga del lugar en la motocicleta de la víctima, para finalmente regresar al lugar cuando uno de sus hijos lo llamó por teléfono diciéndole que había encontrado muerta a su madre.