El juicio contra el empresario, exsenador y tres veces gobernador de Tucumán, José Alperovich, acusado de distintos hechos de abuso sexual contra su sobrina y ex empleada, continuó este jueves con la declaración de cinco familiares en los Tribunales de la Ciudad de Buenos Aires, donde la abuela de la denunciante expresó que la admira “porque su valentía fue impresionante”.
La audiencia comenzó a las 10.50 en el Tribunal Oral en los Criminal (TOC) N° 29 a cargo del juez Juan Ramos Padilla, ubicado en Paraguay 1536, en el barrio porteño de Recoleta, y duró hasta las 16 con un breve cuarto intermedio.
El exgobernador de Tucumán, que está acusado de nueve casos de abuso sexual agravado contra su sobrina, observó esta segunda audiencia a través de una videollamada, mientras tomaba mate y fumaba, luego de apersonarse el 5 de febrero al Tribunal, cuando inició el juicio.
La acusación que recae en su contra es por tres casos de abuso sexual -dos de ellos en grado de tentativa- y seis de violencia sexual agravada, de acuerdo con lo establecido por la investigación judicial en base a las denuncias por los ataques ocurridos entre 2017 y 2018 en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán.
Los cinco parientes que testificaron en esta oportunidad fueron la abuela de M. F. L. -la joven denunciante de 33 años-, una tía suya, una “prima hermana”, una amiga y el marido de una prima, cuyos nombres no se difunden para no identificar a la presunta víctima.
La abuela de la joven, quien se considera una persona “muy presente” en la vida de sus nietos y dijo pertenecer a una familia “muy unida y tradicional”, describió a M. F. L. como una “chica muy activa, tranquila, muy eficiente, creativa”.
Esta personalidad fue transformándose “progresivamente” -coincidieron las testigos- a lo largo del período en el que trabajó como secretaria de Alperovich.
“Bajó muchísimo de peso. Es muy alta y pesaba 50 kilos, que es un peso patológico. Se le caían las uñas, el cabello, temblaba. Tenía síntomas de ataque de pánico”, detalló la tía de la denunciante y médica de profesión, un relato que se repitió a lo largo de la jornada con las mismas precisiones.
Según los testimonios, M. F. L. no habló sobre los presuntos abusos hasta que
decidió renunciar a su trabajo.
“No lo podía creer. Mi marido era como un padre para él… él era un hijo más. (…) No podía creer que se haya olvidado de que (…) era la nieta de ese hombre que trataba como un padre”, expresó la abuela de la joven.
Luego de radicar la denuncia a fines del 2019 contra Alperovich “empezó otra historia” -aseguró la mujer- y expresó: “Hoy la admiro porque su valentía fue impresionante. Se fue preparando, estuvo con una psicóloga”.
Al ser consultada sobre cómo se encuentra actualmente la joven, respondió: “Tranquila. Puede que no sea el resultado, pero ella va a seguir adelante con su vida”.
Para el abogado querellante Pablo Rovatti los testimonios de esta jornada fueron “muy favorables a la acusación” porque fueron de parte de “personas que con distintos matices y perspectivas tomaron conocimiento y pudieron ir
reconstruyendo algunos detalles de lo que ella les fue contando”.
“Esto hace mucho más fuerte lo que contó la víctima porque resulta prácticamente
ridículo pensar en que alguien -una chica de 27 años para entonces- que no había tenido problemas jamás con nadie, de repente un día se vuelva loca y quiera ensuciarlo por gusto a Alperovich”, dijo a Télam.
En tanto, uno de los abogados del exsenador, Adrián Sosa, compartió a la agencia Télam que espera que “el proceso concurra como tiene que ser, que se cumpla con los testigos, que el juez escuche a los testigos y las exposiciones de los peritos”, y consideró que hubo “varias inconsistencias de la denunciante”.