El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer el índice de inflación para octubre, revelando una leve baja a nivel nacional con una variación del 2,7%, aunque Tucumán registró un incremento ligeramente superior, situándose en el 3%. Esto refleja una caída en comparación con el índice del mes anterior, que había alcanzado el 3,5%. Sin embargo, el impacto sobre el poder adquisitivo de los consumidores sigue siendo notable.
Los analistas subrayan que, aunque el ritmo inflacionario ha disminuido, los precios continúan subiendo, especialmente en rubros sensibles para las familias argentinas, como alimentos, alquileres, y combustibles. Estos últimos presentaron un alza del 5,4%, influyendo directamente en los precios del transporte y en el costo de vida general. Otros sectores afectados incluyen ropa y calzado, impulsados por el cambio de estación, y los servicios de restaurantes y hoteles, que tuvieron un aumento del 4,3%.
La situación en Tucumán muestra ciertos matices particulares. Los incrementos en cuotas de colegios privados, tarifas de servicios básicos y precios en el sector salud contribuyeron a que el índice provincial se mantenga por encima del promedio nacional. Estos factores, combinados con los recientes aumentos en combustibles, siguen generando presión sobre el bolsillo de los tucumanos, quienes perciben que la inflación afecta de manera diferenciada según sus hábitos de consumo y necesidades.
En cuanto al contexto económico general, el gobierno ha implementado políticas de ajuste fiscal y limitación en la emisión monetaria para contener la inflación. A la vez, la estabilidad en la cotización del dólar, que mantiene una brecha de apenas un 10% entre el dólar oficial y el contado con liquidación, ha ayudado a amortiguar los efectos de las microdevaluaciones. Sin embargo, la percepción pública sobre la inflación sigue siendo crítica, dado que el alza en los precios aún impacta considerablemente en el consumo diario.
Con la llegada del fin de año, las expectativas están puestas en si esta tendencia a la desaceleración podrá mantenerse, y si finalmente se observará una reactivación de la actividad económica, especialmente en sectores clave como el comercio y el consumo interno.