Este nuevo formato busca acercar a los tucumanos y tucumanas más información sobre los diferentes candidatos que se disputan un lugar en la gobernación de la provincia. Conocé más sobre las vivencias y los gustos de Martín Correa, candidato del Frente de Izquierda Unidad.
¿Un juego recurrente de la infancia?
Creo que el más recurrente es jugar a la pelota con mi hermano en el fondo de la casa de mi abuela en Villa Alem. Mi abuela tenia un fondo con una parrilla y muchas plantas, y este era el lugar donde estábamos habitualmente con mi hermano jugando a la pelota.
¿Una rebeldía adolescente?
Creo que las mayores rebeldía de la adolescencia las tuve en el Gymnasium, mi colegio secundario. Alguna vez nos quedamos a dormir en el colegio, cosa que por supuesto no estaba permitida. Nos quedamos a dormir en unas habitaciones que había en un tercer piso de la escuela.
¿Una canción que cantas a los gritos?
Jijiji de los Redondos de Ricota, sin dudas.
¿Para qué ahorras dinero?
Para poder salir a algún lugar de viaje, ya sea aquí en Argentina o capaz un poco más lejos. EN mi familia siempre nos inculcaron que poder viajar, conocer otra gente, otra cultura eso te brinda una amplitud de pensamiento.
¿Una coquetería que te permitas?
Las zapatillas, puede ser. Tengo varias y me gusta tener modelos distintos. Siempre que se pueda, ya que cada vez están más caras.
¿Cuándo todo falla en qué te refugias?
Cuando me fallan las cosas en términos políticos, me refugio en la organización. El Partido Obrero es una organización que tiene mucho tiempo, entonces siempre contas con algún lugar o alguna persona con la que se pueda charlar para resolver una duda o hacerlo en términos de amistad. Ya sea, presencialmente o por teléfono, siempre tengo alguien con quien charlar para salir un poquito de algún problema.
¿Lo primero que harás en el despacho gubernamental?
Redistribuir el presupuesto de la provincia.
¿Una palabra para el pueblo tucumano?
Fuerza, fuerza porque se puede. Se puede cambiar, no hay que perder las esperanzas. Nos mantengamos fuertes porque todo puede cambiar.