El inicio del ciclo lectivo en Tucumán ha estado marcado por una polémica que ha dividido a los padres de los alumnos de un colegio privado de Yerba Buena. La controversia comenzó cuando el establecimiento envió un correo electrónico en el que, entre otras recomendaciones, solicitaba que las madres se vistieran de una manera que consideraran “adecuada” si debían ingresar a la institución.

El mensaje comenzaba solicitando la colaboración de las familias para fomentar la autonomía de los niños, pidiéndoles que los despedieran en las puertas del colegio. Sin embargo, la frase que desató el debate fue la que especificaba que, en caso de que las madres debieran ingresar a la institución, deberían hacerlo con “ropa adecuada (No tops, calzas, transparencias, escotes, etc.)”.

La controversia escaló rápidamente cuando la Fundación Mujeres x Mujeres de Tucumán emitió un fuerte pronunciamiento en contra de la directiva del colegio. Para la organización, la solicitud es un claro ejemplo de sexismo, ya que, según señalaron, perpetúa estereotipos de género y restringe la libertad y autonomía de las mujeres. La fundación también destacó que la autonomía de los estudiantes debe fomentarse a través de la Educación Sexual Integral (ESI), no mediante la sexualización o censura de las madres.

Este incidente ha trascendido las conversaciones privadas de los padres y ha llegado al debate público sobre hasta qué punto las instituciones educativas deben regular la vestimenta de los adultos en el ámbito escolar y cómo se equilibra el respeto a la libertad individual con las normas de convivencia.

La “recomendación” emitida por el Colegio San Patricio ha puesto de manifiesto las distintas perspectivas sobre el rol de las instituciones educativas y los límites que deben establecerse en cuanto a la vestimenta de los padres, especialmente en lo que respecta a las mujeres y su derecho a decidir sobre su cuerpo y su imagen.