En un golpe a la economía local, las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) han experimentado una caída del 5,1% en septiembre, marcando el noveno mes consecutivo de retroceso en el consumo. Este descenso ha llevado a una acumulación de una baja del 2,6% en los primeros nueve meses del año.
La disminución en las ventas se atribuye a varias razones. Una de las más destacadas es la disminución de las opciones de financiamiento en cuotas. Esta situación ha llevado a muchos consumidores a reconsiderar sus decisiones de compra.
Además, la pérdida del poder adquisitivo familiar, derivada de las fuertes subas de precios, ha contribuido aún más al declive. Los consumidores se encuentran cada vez más presionados por el aumento constante de los precios, lo que limita su capacidad para realizar compras.