El Comité Salvemos al Maíz, junto a la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres y otras instituciones, ha emitido una recomendación clave para los productores tucumanos: retrasar la siembra de maíz como parte de un plan para controlar la plaga de la chicharrita, un insecto que ha causados pérdidas significativas en campañas anteriores.
El ingeniero Daniel Ploper, director de la Estación Experimental, explicó en diálogo con los medios que la chicharrita es un vector que transmite el achaparramiento del maíz, una enfermedad grave que afecta el desarrollo de las plantas, disminuyendo su tamaño y capacidad de producción. “El año pasado, las pérdidas causadas por esta enfermedad alcanzaron el 10% a nivel nacional, y en provincias como Catamarca y Tucumán hubo lotes con el 100% de pérdidas”, señaló Ploper.
Para mitigar el impacto de esta plaga, las instituciones técnicas han recomendado aplicar un “vacío sanitario”, lo que implica postergar la siembra hasta diciembre. Esta medida busca reducir la población de chicharritas al eliminar su fuente de alimento, ya que estos insectos se alimentan exclusivamente del maíz. Las heladas recientes también han ayudado a disminuir su número, pero se espera un repunte cuando comiencen las lluvias primaverales.
La decisión de postergar la siembra genera preocupación entre los productores, que temen un aumento en los costos de producción, principalmente debido al control de los llamados “maíces guachos” que emergen de las semillas remanentes en los campos. Según Ploper, aunque habrá un incremento en los costos, esta medida es esencial para garantizar una producción sustentable en el futuro.
Además, el ingeniero anticipó que la superficie sembrada con maíz en Tucumán se reducirá este año. “Históricamente, hemos sembrado entre 45.000 y 60.000 hectáreas, pero en la última campaña llegamos a 90.000. Este año es probable que esa cifra disminuya considerablemente”, advirtió.