Los vecinos de Chile y Viamonte se encuentran en lucha debido a los persistentes derrames cloacales y tóxicos provenientes de una fábrica clandestina que están afectando gravemente su calidad de vida. Si bien, los vecinos han presentado una nota el 5 de mayo ante la SAT exigiendo una pronta solución a la problemática, todavía no tuvieron respuestas por parte de las autoridades competentes.
La situación ha llegado a un punto crítico, ya que los vecinos afirman que han estado lidiando con estos problemas por años sin ver una solución efectiva. “Esto es de años”, expresó con frustración uno de los residentes afectados. A pesar de las quejas y reclamos, la falta de atención por parte de las autoridades ha generado descontento entre la comunidad, especialmente porque se sienten desprotegidos y desatendidos en sus derechos básicos.
La gravedad del asunto se ha visto reflejada en las restricciones impuestas sobre las actividades al aire libre. Los niños ya no pueden jugar fuera de sus hogares debido al fuerte olor que se desprende de los derrames. Los olores nauseabundos han afectado la calidad del aire en la zona, apareciendo preocupaciones sobre posibles problemas de salud para los residentes.
Además, la fábrica clandestina ha impactado la presión del agua en los hogares de la comunidad. Los vecinos denuncian que sufren constantemente de baja presión en sus hogares debido a la actividad de la fábrica, lo que ha dificultado las labores diarias y afectado el bienestar de las familias.
La seguridad vial también ha sido puesta en riesgo debido a la contaminación de las vías públicas. Los derrames tóxicos han hecho que las motos resbalen en las calles, poniendo en peligro la integridad de los transeúntes y conductores que circulan por la zona.