Un estudio reveló que el agotamiento de las aguas subterráneas ocasionó durante la última década el desplazamiento del eje de rotación del planeta, inclinándose hacia el este a un ritmo de unos 4,3 centímetros al año.
Los cambios en la distribución de la masa del planeta hacen que el eje se mueva y, por tanto, hace que también se desplacen los polos. Ese efecto del agua tiene además un efecto en el nivel del mar, señaló el trabajo publicado en Geophysical Research Letters, una revista de la Unión Estadounidense de Geofísica.
“El agua subterránea bombeada se evapora en la atmósfera o se escurre a los ríos. Terminará en los océanos a través de precipitaciones o descargas”, expresó a la cadena británica BBC Mundo Ki-Weon Seo, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad Nacional de Seúl, Corea del Sur, y autor principal del estudio.
De esa forma, “el agua se mueve de la tierra a los océanos. Esto es redistribución del agua”. La capacidad del agua para cambiar la rotación de la Tierra ya se había descubierto en 2016.
Otro estudio de 2021 se centró en el impacto en el eje de inclinación terrestre de la pérdida de agua en las regiones polares, es decir, el hielo que se derritió y fluyó hacia los océanos. Pero hasta ahora no se conocía la contribución específica del agua subterránea a los cambios rotacionales.
La huella humana
El polo de rotación de la Tierra es el punto alrededor del cual gira el planeta. Ese eje se mueve durante un proceso llamado movimiento polar, cuando la posición del eje de rotación de la Tierra varía en relación con la corteza. Las variaciones en la posición de los polos es lo que se conoce como deriva polar y ocurre de forma natural.
Los cambios en la distribución de la masa del planeta hacen que el eje se mueva, y por tanto, hace que también se desplacen los polos, los puntos donde el eje de rotación de la Tierra se cruza con la superficie. Pero el tipo de desplazamiento que se ha observado desde la década de 1990 muestra la huella de la acción humana.
La distribución del agua en el planeta afecta cómo se distribuye la masa en nuestro planeta. Los científicos señalan que es como agregar un poco de peso a un trompo que gira. De la misma forma, la Tierra girará de una manera un poco diferente a medida que se mueve el agua. “El polo de rotación de la Tierra en realidad cambia mucho”, señaló Seo.
Los científicos determinaron además que redistribuir agua desde las latitudes medias tiene un mayor impacto en el polo de rotación. Durante el período de estudio, la mayor parte del agua se redistribuyó en el oeste de América del Norte y el noroeste de India, ambos casos en latitudes medias.
Los esfuerzos de los países por reducir la extracción de aguas subterráneas, especialmente en esas regiones sensibles, teóricamente podrían alterar los cambios en la deriva polar. Pero eso sucederá solo si esos esfuerzos se mantienen durante décadas, apunta Seo.
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