Los expertos de antropología forense que analizaron los restos óseos hallados la semana pasada en una de las márgenes del Río Tragadero, en Resistencia, confirmaron este martes a la tarde que “pertenecen a una única persona adulta”, aunque no lograron determinar “sexo, edad precisa ni causa de muerte” de la víctima “debido a que se encuentran multifragmentados y calcinados”. Investigadores creen que podrían ser de Cecilia Strzyzowski, la mujer vista por última vez el pasado 2 de junio cuando ingresaba al domicilio de la familia Sena (sus suegros) en la capital de Chaco. Ahora se buscará obtener ADN para cotejar el perfil genético con el de la víctima.
Según un comunicado del Poder Judicial de Chaco, la conclusión fue adoptada por un equipo interdisciplinario de Antropología, Medicina y Odontología e incorporada al expediente por el presunto femicidio de Strzyzowski (28), por el que se encuentran detenidas siete personas, entre ellas el marido César Sena y sus padres Emerenciano Sena y Marcela Acuña.
Además, una mancha de sangre humana fue encontrada en un colchón que había sido regalado por la familia Sena a un vecino del barrio Emerenciano cuatro días después del presunto femicidio de Cecilia. Los investigadores analizaban este martes si esa sangre puede pertenecer a la víctima, informaron fuentes judiciales.
El hallazgo se produjo en las últimas horas tras el secuestro del colchón y una serie de muebles que el matrimonio de Emerenciano Sena y su esposa habían regalado a un vecino el 6 de junio último y cuyo traslado en un camión de mudanzas quedó registrado en una cámara de seguridad ubicada frente a la casa de los detenidos en la calle Santa María de Oro al 1400, de Resistencia.
La pericia
En el inicio de la pericia, especialistas realizaron un análisis comparativo entre los restos y un equeleto, tras lo cual avanzarán con intenciones de hallar ADN para cotejar con muestras que aporte la familia de Cecilia.
“Lo primero que hacen las antropólogas es un análisis macro a partir de la comparación de un esqueleto preservado que trajeron, del cual tienen autorización para su uso. Una vez vencido ese primer análisis, se avanzará en la posibilidad de encontrar restos de ADN“, detalló Juan Arreguín, uno de los abogados de la mamá de Cecilia, Gloria Romero, quien agregó que, en caso de sean restos humanos, se tardará alrededor de 30 días para determinar sus características genéticas.
Fernando Burlando, también representante legal de Gloria Romero, dijo a Télam: “No tengo dudas que son restos óseos de Cecilia. Tienen el mismo aspecto en cuanto a la incineración de las pertenencias que fueron halladas en el mismo lugar, como el dije en forma de cruz”.
Es que los restos fueron encontrados a instancias de la información aportada en su indagatoria por el detenido Gustavo Obregón, chofer de la familia Sena, en el mismo lugar donde se halló el dije en forma de cruz que fue reconocido por familiares como perteneciente a Cecilia.
De acuerdo con el relato de Obregón, el 6 de junio, es decir cuatro días después de la desaparición de la joven, él y el esposo de Cecilia, César Sena, se deshicieron de los restos: “Bajamos con las bolsitas, cada uno llevaba una bolsa, y bajamos por un camino, que es como un sendero, que está al costado izquierdo al Campo Rossi, que baja hacia al río (Tragadero). César desata una y larga todo el contenido de la bolsita, en el límite del agua y la costa, y después con la otra bolsita, lo mismo”, contó a los fiscales.
Respecto a los momentos previos de esa situación, Obregón dijo: “Agarramos la pala y las bolsitas, nos vamos caminando en frente de la virgen, donde se incineró el bulto. Ahí llegamos, yo le abro las bolsas a César (Sena) y él comienza a cargar las dos bolsas, con la pala, juntando las cenizas desde el medio de la quema. Cuando se cargaban las bolsas, en ningún momento vi huesos grandes, pero sí podía observar que había huesos chiquititos“.
El imputado contó que toda la situación que había vivido le “pesaba” mucho, a pesar de que todos los demás imputados “actuaban con normalidad”.
En la noche del lunes, su esposa, Fabiana González, también detenida e imputada en la causa, pidió ampliar su indagatoria ante los fiscales y admitió haber visto “un bulto envuelto en una manta marrón” en la casa de la familia Sena la tarde del 2 de junio, día en que a joven desapareció, tras lo cual aseguró que salió “corriendo”, informaron fuentes judiciales.
Además, los voceros señalaron que González manifestó haber entendido que lo que acababa de ver podía ser un cuerpo, aunque no aportó detalles de lo que luego hicieron con él, como sí hizo su marido Obregón, quien fue el que indicó a los pesquisas dónde habían sido descartadas dos bolsas con objetos y los huesos ahora sometidos a análisis.