Las vitaminas son esenciales para el crecimiento y el equilibrio del organismo humano. Estos nutrientes se dividen en dos grupos principales: las hidrosolubles, que se disuelven en agua y son eliminadas del cuerpo a través de la orina o el sudor, y las liposolubles, que se disuelven en grasas y se encuentran en alimentos grasos o en la grasa corporal.

Dentro del grupo de vitaminas liposolubles, la vitamina A desempeña un papel fundamental. Se encuentra presente en alimentos ricos en betacaroteno, como verduras de colores vivos, y en el retinol añadido a productos lácteos. La carencia de vitamina A puede llevar a problemas de visión, incluyendo la ceguera nocturna y daño visual permanente.

La vitamina D es otra vitamina liposoluble crucial que se encuentra en alimentos como el aceite de hígado de bacalao, huevos y lácteos. La deficiencia de esta vitamina puede causar raquitismo en niños, una afección que se manifiesta con deformaciones óseas y deterioro esquelético.

La vitamina E, conocida por su función antioxidante, se encuentra en una variedad de alimentos como semillas, verduras, hojas verdes, margarinas y mantecas. La falta de vitamina E puede dar lugar a la anemia.

La vitamina K se encuentra en verduras de hojas verdes, ciruelas y se produce de manera natural en el intestino. La carencia de esta vitamina puede resultar en problemas de coagulación sanguínea, incluyendo sangrado o hemorragias.

En el grupo de vitaminas hidrosolubles, la vitamina C es esencial y se encuentra en alimentos como cítricos, tomates, kiwi, brócoli, perejil, col de Bruselas y pimientos. Su insuficiencia puede causar problemas en la piel, dientes, vasos sanguíneos y propensión a hemorragias.

El complejo B1 se halla en alimentos como la leche, carne y pan, y su carencia puede manifestarse con debilidad muscular, cambios nerviosos, edema e insuficiencia cardíaca. Por otro lado, el complejo B2 se encuentra en la mayoría de los alimentos y su escasez puede provocar labios enrojecidos, grietas en las comisuras de los labios y lesiones oculares.

La vitamina B7 es esencial para el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas. Esta se encuentra en alimentos como huevos, nueces, pescado, hígado y ciertas frutas y verduras y su deficiencia provoca síntomas como pérdida de cabello, erupciones en la piel y problemas neurológicos.

La vitamina B12 se encuentra principalmente en alimentos de origen animal como carne, pescado, huevos y lácteos. Su carencia provocar anemia, problemas neurológicos, fatiga y otros síntomas.

Estas vitaminas desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la salud y el bienestar, subrayando la importancia de una dieta equilibrada y variada que garantice su adecuada ingesta para prevenir deficiencias y problemas de salud asociados.