El 2 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el bullying o acoso escolar, con el fin de sensibilizar a nivel mundial sobre el riesgo que representa para los niños y jóvenes, y buscar soluciones para prevenir este problema. Hoy en día, se convirtió en una amenaza terrible para la población infantil y juvenil.
La fecha fue instituida por organizaciones no gubernamentales y asociaciones de padres para concienciar sobre los peligros del maltrato escolar y promover métodos para prevenir la violencia en los centros escolares, así como establecer un protocolo de actuación en casos de acoso. El símbolo de esta causa es un lazo de color púrpura.
Según las estadísticas de la ONG “Si nos reímos nos reímos todxs”, 3 de cada 10 niños y adolescentes sufren bullying en el mundo. Algunos ya hablan de 4, y 7 u 8 de cada 10 lo han presenciado. Además, un cuarto actor al bullying, además de la víctima, son los acosadores y los espectadores.
Este tipo de hostigamiento puede tener consecuencias graves y de largo plazo. El estrés que provoca vivir en un estado constante de alerta y miedo puede afectar el estado de ánimo, la energía, el sueño y el apetito. También puede generar inquietud, ansiedad y/o tristeza en la víctima.
Si una persona ya estaba deprimida o ansiosa antes del hostigamiento, el acoso puede empeorar aún más su situación. Los estudiantes que son víctimas de acoso cibernético pueden tener dificultades para concentrarse en la escuela, lo que puede afectar negativamente su rendimiento académico.