No alcanzó. Faltó apenas un voto para que el Senado aprobara la creación de una comisión investigadora sobre el escándalo del token cripto que involucra al presidente Javier Milei. Con 47 votos a favor y 22 en contra, la iniciativa radical quedó enterrada en el recinto, donde la presión del Gobierno hizo su trabajo.
El proyecto, presentado por el senador Pablo Blanco (UCR), buscaba esclarecer la posible responsabilidad del mandatario y su entorno en la promoción de una criptomoneda que, en cuestión de horas, llevó a miles de inversores a perder su dinero. Sin embargo, el oficialismo jugó sus fichas: un mensaje directo a los gobernadores bastó para frenar la movida.
“Está en juego la confianza no de Milei, sino del Poder Legislativo y de la Nación argentina”, había advertido Blanco antes de la votación. Pero la advertencia cayó en saco roto. Dentro de la misma bancada radical hubo quiebres: Eduardo Galaretto (Santa Fe), Mariana Juri (Mendoza), Stella Olalla de Moreira (Entre Ríos), Mercedes Valenzuela (Corrientes), Eduardo Vischi (Corrientes) y Víctor Zimmerman (Chaco) votaron en contra, alineándose con el oficialismo. También lo hizo Enrique Goerling (PRO, Misiones).
El eco de la votación resuena ahora en Diputados, donde la Comisión de Asuntos Constitucionales, bajo control del libertario Nicolás Mayoraz, mantiene trabada cualquier posibilidad de avanzar. El Gobierno sumó otra victoria en su estrategia de bloqueo.
Mientras tanto, el escándalo sigue sin respuestas. ¿Qué pasó realmente con el token que Milei promocionó? ¿Quiénes se beneficiaron? El Congreso, por ahora, mira para otro lado.