En la búsqueda de soluciones para el tratamiento de la obesidad y sus complicaciones asociadas, la cirugía bariátrica ha surgido como una alternativa efectiva para aquellos pacientes que han luchado sin éxito con otros métodos. En la última etapa de este procedimiento, se lleva a cabo un cuidadoso seguimiento y tratamiento para garantizar el éxito y bienestar del paciente.

El proceso quirúrgico en pacientes comienza en la primera consulta, donde se explica a la persona que el objetivo es conseguir un cambio de vida a través de un abordaje multidisciplinario. Es fundamental que los pacientes comprendan que la cirugía bariátrica no es una solución rápida, sino una herramienta que requiere compromiso y cambios significativos en el estilo de vida.

Existen dos procedimientos comunes de cirugía bariátrica: la bipartición intestinal y el By Pass gástrico. La primera consiste en una manga gástrica restrictiva, lo que significa que se reduce el tamaño del estómago para limitar la cantidad de alimentos que puede ingerir el paciente. Este procedimiento ofrece la ventaja de un menor déficit nutricional en comparación con otras técnicas. Por otro lado, el By Pass gástrico también es restrictivo, pero además es malabsortivo, lo que implica que se crea un desvío en el intestino para reducir la absorción de nutrientes. Ambos procedimientos han demostrado ser eficaces en la pérdida de peso y en la mejora de condiciones médicas asociadas a la obesidad.

El tiempo quirúrgico estimado para ambas cirugías es de aproximadamente 1 hora o 1:30, lo que las convierte en procedimientos relativamente rápidos. Tras la cirugía, el tiempo de hospitalización es corto, con un alta quirúrgica que se otorga entre 24 y 48 horas después de la intervención.

En la fase de alta quirúrgica, el paciente recibe la atención de un equipo multidisciplinario para asegurar una recuperación exitosa. El nutricionista juega un papel crucial en este proceso, recetando una dieta que comienza con líquidos claros y progresa hacia una dieta líquida completa durante un período de 10 a 14 días. Además, se proporcionan suplementos vitamínicos para prevenir deficiencias nutricionales, protección gástrica para facilitar la cicatrización, analgésicos para controlar el dolor y recomendaciones generales para una pronta recuperación.

El Dr. Mario Vega, cirujano bariátrico, subraya la importancia del seguimiento postoperatorio. Los pacientes necesitan realizar controles clínicos periódicos para evaluar su evolución y detectar posibles complicaciones tempranas. También se lleva a cabo un seguimiento nutricional para garantizar que los pacientes reciban los nutrientes necesarios y eviten deficiencias. Además, se brinda apoyo psicológico, ya que los cambios físicos y emocionales asociados con la cirugía pueden ser desafiantes para algunos pacientes. Los talleres interdisciplinarios son una parte integral del seguimiento, donde se abordan temas relacionados con la alimentación, la actividad física y la adopción de hábitos saludables.