La muerte de Silvina Luna y la de Mariano Caprarola generaron un tremendo cimbronazo en el mundo del espectáculo y abrieron el debate sobre “la estética” y “la salud”. Incluso, apareció un término desconocido en boca de todos: el metacrilato.
El PMMA, conocido como metacrilato, es un material de relleno que se utiliza mayormente para fabricar prótesis óseas o dentales. Sin embargo, en estética también se utiliza en nalgas y mamas, pero su uso puede ser muy peligroso y provocar importantes deterioros en la salud.
“El metacrilato es un producto sintético, es un plástico que se utiliza hace más de 100 años en medicina para cementar las prótesis de las caderas, por ejemplo. Y en pequeñas proporciones también se utiliza como material de relleno hace 25 años”, explicó el cirujano Guillermo Blugerman a Noticias Argentinas.
“Cuando uno coloca una gran cantidad de Metacrilato, el organismo lo identifica como un cuerpo extraño y fabrica alrededor de ese elemento extraño un granuloma, que es una reacción inflamatoria crónica con células inflamatorias. Luego el granuloma toma una función similar a la de las glándulas paratiroideas -son las que producen el equilibrio del calcio en el cuerpo humano– y estos granulomas al suplantar a la paratiroides crean una especie de hormona similar que hace que se reabsorba calcio de los huesos y ese calcio pase a la sangre, circulando por la sangre”.
“Como los riñones son los encargados de la filtración de la sangre, el calcio al llegar ahí en mayor cantidad de la necesaria, se transforma en cálculos renales, que son como piedritas de calcio que quedan dentro del riñón y, a larga, provocan lo que le pasó a Silvina Luna, que es una insuficiencia renal. Es decir, que los riñones dejan de cumplir su función de filtro de la sangre y para eso hace falta usar filtros externos que reemplacen a los filtros internos que dejaron de funcionar“, concluyó Blugerman.
En definitiva, el metacrilato puede ocasionar reacciones alérgicas, migración hacia otra parte del cuerpo, infecciones, dolores, necrosis e hipercalcemia.
Con estos síntomas tuvo que convivir Silvina Luna y otras famosas, que acompañaron su causa judicial contra el cirujano Aníbal Lotocki, como Pamela Sosa, Stefy Xipolitakis y Gabriela Trenchi.
La rosarina esperaba un trasplante de riñón por una insuficiencia renal crónica que la obligaba a tener que someterse a diálisis tres veces por semana, durante cuatro horas por día.
En el año 2010, Silvina Luna se sometió a una cirugía con Aníbal Lotocki. Su idea era hacerse una liposucción para sacarse grasa corporal e inyectarse un poco en los glúteos, pero según expresó ella misma, el doctor le sugirió agregarle metacrilato para que el efecto sea más duradero.
Luego de aquella intervención, Silvina Luna comenzó a tener serios problemas de salud. Tuvo que empezar a tomar corticoides, que provocaron una baja en sus defensas y un deterioro de su cuadro de salud, al punto de necesitar un trasplante de riñón, que se vio demorado por la aparición de una bacteria que no pudo combatir.
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