Daiane Lima es una brasileña de 27 años quien contó que, a partir de una limpieza facial, se enteró que tenía cáncer de piel. La joven dio a conocer su experiencia para hacer un llamado de atención a la sociedad tras someterse a un procedimiento para asear sus poros y reducir la grasa en su rostro.

“Al cabo de unos días había una pequeña herida, pero supuse que se debía a que me habían quitado un punto negro o algo así y empecé a usar una pomada cicatrizante”, recordó a O Globo.

En ese mismo relato, comentó que en las semanas siguientes la herida cicatrizó, pero después “no desapareció del todo”. Permaneció así durante algo más de un mes. Y fue después de un sangrado cuando se dio cuenta de la lesión. “Me desperté y me sangraba mucho la nariz. Fue entonces cuando decidí pedir cita con un dermatólogo”, sostuvo.

 

 

“Cuando el médico habló del cáncer, rompí en llanto. Pensas en mil cosas. Como era joven y no había casos de cáncer de piel en la familia, nunca imaginé que esto pudiera ocurrirme a mí. Mi mundo se derrumbó en ese momento”, dijo. En ese mismo relato, contó que dio a conocer su experiencia para “hacer un llamado a la atención”.

Mi vida cambió por completo de un día para otro. No se trata solo del diagnóstico, sino de todas las consecuencias que conlleva. Además de paralizar la universidad y el trabajo, también está la cuestión de que afecta la autoestima, sobre todo porque mi cáncer está en la cara, un lugar muy visible”, agregó.

El resultado de la biopsia confirmó que Lima tenía un carcinoma basocelular, un tipo de cáncer de piel, y que debía someterse a una intervención quirúrgica para extirparlo.

Según el Instituto Nacional del Cáncer de Brasil (INCA), el carcinoma basocelular es el tipo más frecuente de cáncer de piel no melanoma y representa alrededor del 80% de los diagnósticos. Se origina en las células basales de la epidermis y se presenta principalmente como una lesión (herida o nódulo) de bordes rosados, translúcidos o nacarados, que no cicatriza y puede ulcerarse y sangrar.