El mensaje era claro, directo y sin matices: “VOY A MATAR A DONALD TRUMP”. No había contexto ni rodeos, solo esa frase en mayúsculas publicada en X (antes Twitter) desde una cuenta que, hasta ese momento, pasaba desapercibida.

La alerta no tardó en llegar. Desde la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, la Oficina de Seguridad Regional tomó nota de la amenaza y giró el informe a la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (UFECO). En un mundo donde los algoritmos de seguridad rastrean hasta la más mínima señal de peligro, aquella frase publicada el 13 de febrero puso en marcha una investigación.

Los agentes de la Policía Federal siguieron el rastro digital hasta dar con el autor del mensaje: un joven de 23 años residente en San Miguel, empleado del Centro de Operaciones Municipal y con propiedades en Bella Vista y Muñiz. Las órdenes de allanamiento llegaron rápido, pero el arresto se adelantó. Antes de irrumpir en sus viviendas, los efectivos lo localizaron en la calle Juan José Paso y lo detuvieron en plena vía pública.

En los operativos, las autoridades secuestraron una notebook y dos teléfonos celulares. Los expertos en cibercrimen rastrearon las direcciones IP vinculadas al usuario que lanzó la amenaza, conectando cada punto hasta cerrar el círculo.

Ahora, el joven enfrenta el peso de la Justicia. Lo que comenzó como una publicación en redes terminó con un procedimiento que traspasó fronteras y lo puso bajo la lupa de organismos nacionales e internacionales.