James Mugridge, un consultor de negocios,  tomó un vuelo a Cancún con su novia Emma Forrester, de 27 años, para unas vacaciones de dos semanas. Al regresar de Reino Unido hizo el espeluznante descubrimiento dentro de su maleta. 

“¡Dejé escapar un grito!”, confesó James, de 31 años, al toparse con el arácnido. “Realmente era lo último que esperaba”.

Mientras vaciaba su equipaje, un desprevenido Mugridge se quedó helado cuando vio las patas de la enorme araña, que se cree que era una tarántula mexicana de rabadilla roja, asomándose por sus pantalones.

Encontró una tarántula entre su ropa y se espantó.

Ayudado por unos palillos movió el pliegue de los jeans y se tomó con la enorme araña conocida científicamente como Tliltocatl vagans. Afortunadamente, contó el hombre, ya había muerto durante el viaje.


 

Durante su excursión a México, él y Emma hicieron un viaje de dos horas desde Cancún a Tulum, donde se hospedaron en varios hoteles estilo “jungla”.

La pareja no tenía ni idea del hecho de que la criatura se había escondido en el equipaje de Mugridge. “Tuvimos suerte porque se suponía que la bolsa vendría en la cabina del avión pero no había suficiente espacio, así que lo pusieron en la bodega”. “Posteriormente, la tarántula murió congelada”, agregó Mugridge, “pero en la cabaña me temo que habría estado viva y coleando”.

Después del incidente Mugridge se enteró de que la picadura de la rabadilla roja mexicana es en su mayoría inofensiva para los humanos. “Se dice que la picadura es peor que la picadura de una abeja, pero no es fatal”, admitió.