Este lunes se conmemora el aniversario número 54 del Cordobazo, la rebelión obrera-estudiantil contra el régimen dictador de Juan Carlos Onganía, enmarcado por un espíritu revolucionario a flor de piel con el objetivo de transformar la realidad social.
Fue el 29 de mayo de 1969 que los trabajadores y estudiantes se concentraron en el centro y en distintos sectores de la capital cordobesa para rechazar y manifestarse en contra de la política económica del ministro Adalbert Krieger Vasena.
El gobierno de Onganía, además de restringir las libertades públicas, imponía una política de congelamiento de salarios de la mano del ministro de Economía Vasena, por la que se derogó la Ley del “sábado inglés”, una medida que establecía que cada hora trabajada después de las 13 de ese día debía pagarse doble.
Los principales referentes del Cordobazo fueron Agustín Tosco (Luz y Fuerza), Elpidio Torres (Smata) y Atilio López, de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
En horas del mediodía, Máximo Mena, obrero de IKA Renault, murió baleado por la fuerza policial en Bulevar San Juan y Arturo M. Bas. El levantamiento popular se intensificó y extendió con barricadas por el casco céntrico y alrededores, lo que obligó al repliegue policial. Ya entrada la noche, el general Jorge Carcagno desplazó sus tropas por avenida Colón para reprimir a los manifestantes.
El Cordobazo constituyó el comienzo de una etapa de movilización popular que se prolongó hasta mediados de la década de los 70. La protesta dejó según cifras extraoficiales al menos 30 muertos, decenas de heridos y ciento de detenidos, y significó el inicio de la caída de la dictadura de Onganía.