Argentina exhortó al fiscal de la Corte Penal Internacional que solicite a la Sala de Cuestiones Preliminares el dictado de órdenes de detención contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y otros “cabecillas” del “régimen” de ese país.
Así lo hizo la Cancillería, que consideró que “la evidencia recogida en el curso de las investigaciones que lleva adelante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional y los hechos ocurridos con posterioridad a los comicios presidenciales del 28 de julio son elementos suficientes para considerar el mérito del dictado de las mencionadas órdenes de detención“.
En términos diplomáticos, Mondino firmó una carta para exhortar al fiscal de la Corte Penal Internacional para que se emitan “órdenes de arresto contra autoridades venezolanas, incluyendo a Nicolás Maduro”.
El pedido al fiscal jefe de la CPI está fundado en el artículo 58 del Estatuto de Roma que establece la normativa sobre las “órdenes de detención u orden de comparecencia dictada por la Sala de Cuestiones Preliminares”.
Ya la Justicia argentina, en abril pasado, reabrió una causa por la responsabilidad del gobierno de Maduro en crímenes contra la humanidad en virtud de lo que se denomina “principio de jurisdicción universal” y “de competencia extraterritorial”.
La decisión se tomó después de una fuerte embestida de parte de la diplomacia argentina en los foros internacionales y a menos de un mes que la Casa Rosada dispusiera el regreso de la Argentina a la causa que impulsaron Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú en 2018. Es que la gestión de Alberto Fernández se retiró de ese proceso en el 2021.
Ahora, la Canciller dio otro paso. Se trata de un gesto que tensiona aún más el vínculo ya roto entre ambos países. De hecho, el régimen de Maduro expulsó a los diplomáticos argentinos y Brasil tuvo asumir la representación de los intereses argentinos ante la dictadura chavista, igual que hace más de 40 años, con la guerra de Malvinas.