Por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama. En tal sentido, especialistas y expertos realizan distintas recomendaciones en torno a los controles pertinentes para arribar a diagnósticos tempranos. Una detección precoz (cuando el tumor aún no es palpable) permite la cura del 95% de los casos, según indicaron.
Es por ello que alientan a realizarse controles por imágenes en la población en general a partir de los 40 años, o antes -y según la recomendación del médico tratante de cada paciente- en caso de contar con antecedentes familiares.
Controles a tiempo
“La realización de una mamografía, que permite ver lo que aún no se puede tocar, es muy importante. Se recomienda anualmente a partir de los 40 años a todas aquellas mujeres asintomáticas, con estudios clínicos normales y sin antecedentes de la enfermedad. Si se detecta el tumor en esta instancia temprana, la enfermedad alcanza su máximo nivel de curación”, indicaron especialistas del Hospital de Clínicas y del Ángel Roffo en una gacetilla difundida.
Y explicaron que, en las pacientes con antecedentes de cáncer de mama en familiares de primer grado, se recomienda hacer la mamografía 10 años antes de la edad de detección del cáncer del familiar más cercano. Es decir, si la madre fue diagnosticada con cáncer de mama a los 45 años, la hija deberá controlarse específicamente a partir de los 35.
Factores de riesgo no modificables
Entre los factores de riesgo de cáncer de mama no modificables se encuentran el sexo (las mujeres tienen mayores riesgos de desarrollar cáncer de mama) y la edad (aumentan las probabilidades de tener esta enfermedad especialmente en aquellas mujeres cercanas a la menopausia).
Con respecto a las personas con familiares directos con esta patología, Valeria Cáceres integrante de la Unidad Funcional de Mastología Instituto de Oncología “Ángel Roffo” (IOAHR), describió que “el cáncer genético o hereditario es el factor de riesgo más importante, pero no el más frecuente ya que sólo entre un 5% y 7% de las pacientes portadoras de un cáncer de mama tienen una base genética en su origen”.
“La presencia de un familiar de primer grado (madre, hermana, hija) con cáncer de mama aumenta el riesgo de padecer la enfermedad entre 1,5 a 3 veces por sobre la población general. Este riesgo aumenta cuanto más temprana es la edad de aparición en el familiar afectado, y con el número de casos en la familia”, detalló Cáceres.
Factores de riesgo modificables que elevan el riesgo
Las mujeres con sobrepeso tienen más chances de contraer esta enfermedad y de volver a padecerla debido a la producción de estrógenos en el tejido graso, mientras que las personas que realizan actividad física pueden controlar de forma más eficiente el peso, reduciendo así los niveles de grasa en su cuerpo.
“El consumo de alcohol también es considerado un factor de riesgo ya que puede aumentar los niveles de estrógenos en el cuerpo como también el riesgo de cáncer en las mamas y en otras localizaciones al dañar el ADN de las células”, indicaron los especialistas.
Y advirtieron que “fumar no sólo aumenta la posibilidad de desarrollar este y otros tipos de cánceres, sino que también puede producir otras enfermedades que compliquen el tratamiento del cáncer de mama por la alteración de la vascularización y circulación sanguínea, afecciones pulmonares, entre otras complicaciones”.
La doctora Elena Hurtado, directora del Programa Integrado de Salud, habló con el móvil de El Ocho sobre el tráiler de Atención Integral para la Mujer, del Ministerio de Salud provincial, que estará en Plaza Urquiza hasta fines de octubre con el objetivo de acercar el acceso a la salud.
Con información de Télam