El 2024 arrancó con un panorama desalentador para el consumo masivo en Argentina. Según un informe de la consultora Scentia, las ventas en supermercados y autoservicios cayeron un 10,6% en enero en comparación con el mismo período del año anterior. Este dato pone de manifiesto que la desaceleración inflacionaria, si bien es una señal positiva, no ha sido suficiente para reactivar el consumo de los argentinos.

El estudio revela que la caída en las ventas fue más pronunciada en los comercios de barrio, donde se registró una disminución del 13,5%. En contraposición, las grandes cadenas de supermercados experimentaron una merma del 7,2%. Esta diferencia sugiere que los consumidores están priorizando los establecimientos más grandes en busca de mejores precios y promociones.

Al analizar la situación en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en el interior del país, se observa que la caída en las ventas fue más profunda en la región metropolitana, especialmente en los comercios de cercanía, donde la baja alcanzó el 17,1%. En el interior, la merma fue del 11,6%. En cuanto a las grandes cadenas, la tendencia se repite, con una caída del 8,4% en el AMBA y del 6,4% en el interior.

El informe de Scentia evidencia que los argentinos continúan restringiendo sus consumos a pesar de la desaceleración inflacionaria. Esta situación se refleja en la caída generalizada de todas las categorías de productos de consumo masivo. Los rubros más afectados fueron Bebidas con alcohol (-19,3%), Impulsivos (-17,4%) y Bebidas sin alcohol (-16,8%).

Sin embargo, no todo son malas noticias. El informe destaca que en los supermercados se registraron leves repuntes en tres categorías: limpieza de ropa y hogar (3,2%), productos perecederos (2,7%) y alimentación (0,1%). Estos datos sugieren que los consumidores podrían estar priorizando estos rubros en un intento por optimizar sus gastos.