José Alperovich, ex senador y tres veces gobernador de Tucumán, dio su testimonio en el juicio en su contra, en el que su sobrina y ex empleada lo acusan por abuso sexual. Ratificó su inocencia, aseguró que “nunca estuvo a solas con la denunciante” y dijo que se trata de una causa “armada” para que “trascienda en Buenos Aires”.

Tras la declaración de casi 70 testigos, y como cierre de la etapa probatoria, el tucumano llegó a la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal n° 29, acompañado por sus cuatro hijos, y antes de ingresar aseveró: “Soy inocente”.

“Hace cinco años que estoy sufriendo. Esto me cambió la vida. Estoy muerto en vida. Mi familia está destruida, pero vengo a dar la cara. Quiero que se sepa la verdad”, comenzó el ex funcionario.

Luego, hizo mención a cómo conoció a la denunciante. “En diciembre de 2017, mi hija Sarita me dijo que se había acercado ella (la denunciante); yo no la conocía, y me dijo que quería sumarse a la campaña. Y le dije que sí”, recordó. Y siguió: “Ella era empleada de Regino Amado en el ministerio de Gobierno. Yo no le pagaba. Los que trabajaban era militantes. Era gente que tenía su trabajo en el Gobierno hasta que a Manzur le entraron los celos y me los sacaron”.

A su vez, sostuvo que durante sus mandatos como gobernador, “tuvo una sola secretaria, Silvia Saavedra”. “Cuando entré al Senado no tenía secretaria. Y yo estaba muy desorganizado y entonces le dije a ella (a la denunciante) si quería ayudarme con la agenda diaria”.

En otro momento de la declaración, Alperovich sentenció que “se trata de una causa armada para que trascienda en Buenos Aires“. “Esto está armado políticamente. Yo no tengo dudas de todo eso. Hace cinco años que en la prensa me dice violín”, señaló.

¿Voy a arruinar mi vida a esta edad? Yo no abusé de ella. Lo que vivo no se lo deseo al peor enemigo. Yo se que no hice nada. Esto es peor que la muerte”, mencionó.

Minutos previos a su declaración y durante su llegada a los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires, Alperovich fue esperado por varias personas al grito de “justicia” y “violador”.