La Casa de la Moneda, empresa estatal dedicada a la impresión de billetes en Argentina desde 1875, ha cesado temporalmente la producción de billetes de $1.000 y $2.000, luego de una decisión estratégica tomada por el Gobierno Nacional. Este cambio se basa en la necesidad de reducir costos y aumentar la eficiencia, en un contexto en el que los billetes de alta denominación han perdido valor adquisitivo debido a la inflación acumulada en los últimos años.

Según explicó el economista Mike Palau, el Banco Central viene enfrentando altos costos en la creación de moneda física, lo que ha llevado a considerar alternativas de proveedores internacionales, como China y Estados Unidos, que ofrecen costos más bajos para la producción de billetes. A este panorama se suma el avance en la digitalización de los medios de pago en Argentina, con un incremento del 150% en las transacciones a través de billeteras virtuales en el último año. Esta tendencia hacia pagos digitales refuerza la intención de reducir el papel moneda y avanzar hacia una economía más moderna.

Además, el país experimenta un cambio en otras variables macroeconómicas, como la reciente baja en el riesgo país, que perforó el piso de los 900 puntos. Este descenso, alentado por el anuncio del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, de adquirir dólares para el pago de vencimientos de bonos en enero, representa una señal de estabilidad en medio de las dificultades. Sin embargo, los analistas advierten que, para lograr acceso al crédito internacional, Argentina aún necesita reducir su riesgo país a niveles más cercanos a los 600 puntos.