A partir del 1 de septiembre, entrará en vigencia una medida que promete cambiar la dinámica de las transacciones comerciales en Argentina. Se eliminarán las retenciones del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y del Impuesto a las Ganancias para las operaciones realizadas con medios de pago electrónicos, como tarjetas de crédito, débito y transferencias bancarias.

Esta medida surge en respuesta a la constante queja de los comerciantes, quienes muchas veces se veían obligados a incrementar el precio de los productos cuando el cliente pagaba con tarjeta, para compensar las retenciones aplicadas por la AFIP. Según se informó, las retenciones oscilaban entre el 0,5% y el 3%, dependiendo del tipo de operación y el impuesto.

Con la eliminación de estas retenciones, se espera que los comercios ya no tengan incentivos para aplicar recargos a los precios cuando los clientes utilicen medios de pago electrónicos. Esto podría generar una mayor transparencia en los precios y eliminar la diferencia que muchos establecimientos hacían entre pagos en efectivo y electrónicos.

La medida también podría tener un impacto positivo en la competitividad de los comercios y en la experiencia del consumidor. “A partir de septiembre, los medios de pago electrónicos deberían ser equivalentes al efectivo en términos de precios”, comentó un experto consultado.

Sin embargo, se plantea la duda sobre si esta medida se reflejará en una baja de precios en las góndolas o si simplemente se logrará una mayor transparencia en los costos de los productos. Por ahora, los consumidores estarán atentos a cómo se implementará este cambio en los comercios de todo el país.

En un contexto económico marcado por la informalidad, la medida también busca incentivar a los comercios a emitir comprobantes fiscales, dado que al no tener que enfrentar anticipos impositivos, podrían sentirse más motivados a formalizar cada operación.