El Gobierno se encuentra en medio de negociaciones con compañías de consumo masivo para una posible suba de precios en productos electrónicos. Los sectores afectados incluyen televisores, celulares, línea blanca y aires acondicionados.
Inicialmente, las empresas de electrónica habían acordado mantener los precios de sus productos hasta el 15 de agosto, compromiso que se vio desafiado por la reciente devaluación del 18%. A medida que se venció este plazo y con el impacto de la devaluación, los aumentos de precios no se hicieron esperar, afectando tanto a cadenas de retail como a tiendas en línea.
Los incrementos en los precios han superado las expectativas iniciales, escalando en muchos casos hasta un 30%, lo que ha generado preocupación entre los consumidores. La suba promedio del 25% discutida en las negociaciones entre el Gobierno y las empresas representa un intento de encontrar un punto medio que permita a las empresas recuperar sus márgenes de ganancia mientras se evita un golpe excesivo a los bolsillos de los consumidores.
Esta situación pone en evidencia el desafío constante de equilibrar la estabilidad económica con las necesidades de las empresas y los ciudadanos. A medida que las conversaciones continúan, la incertidumbre sobre cómo evolucionarán los precios y cómo se verán afectados los consumidores sigue en aumento. Se espera que en los próximos días se llegue a un acuerdo definitivo que arroje luz sobre el panorama económico y los costos que los consumidores enfrentarán en el corto plazo.