El murmullo en el recinto se transformó en gritos. La tensión escalaba mientras la Cámara de Diputados se preparaba para una votación clave. El oficialismo, con 129 votos afirmativos, logró ratificar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita al gobierno de Javier Milei a negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. No fue un trámite sencillo: lo consiguió gracias al respaldo del PRO, la UCR, la Coalición Cívica, parte de Encuentro Federal y legisladores cercanos a los gobernadores.

Afuera, el escenario era otro. Desde el mediodía, un fuerte operativo de seguridad rodeaba el Congreso. La movilización en defensa de los jubilados, que días atrás había terminado con incidentes, se reeditaba con una convocatoria aún mayor. Organizaciones sociales, sindicatos y agrupaciones políticas ya habían advertido que estarían en la calle.

Una sesión atravesada por el conflicto

El debate dentro del recinto comenzó con fuego cruzado. La Libertad Avanza intentó acortar la discusión con una moción que limitaba los tiempos de exposición y reducía el número de cuestiones de privilegio. El objetivo era claro: llevar la votación a las 16 y evitar una sesión extensa. La propuesta fue aprobada con 141 votos a favor y 95 en contra, pero generó un choque inmediato con la oposición.

Desde Unión por la Patria, Germán Martínez cuestionó la maniobra: “No puede haber limitantes en el uso de la palabra. Estos temas merecen un debate a fondo”, reclamó. Martín Menem, presidente de la Cámara, intentó mantener el orden, pero los cruces se volvieron inevitables. “¡Vení a laburar!”, le gritó Martínez cuando le advirtieron sobre los tiempos de exposición.

El clima no tardó en caldearse aún más. El libertario Lisandro Almirón avivó la confrontación con duras críticas al kirchnerismo. “Los argentinos hoy pagan las consecuencias de los gastos políticos del pasado”, lanzó, en medio de murmullos y chicanas. La diputada Marcela Pagano sorprendió al sacar un megáfono de su cartera para exigirle explicaciones a Menem por su remoción de la Comisión de Juicio Político. “¡Interrumpir al orador es de fascista!”, le recriminó entre gritos.

Los argumentos en la recta final

La sesión avanzó con discursos marcados por la fractura política. El radical Facundo Manes rechazó el DNU, advirtiendo que el acuerdo con el FMI debería pasar por el Congreso como establece la Ley de Administración Financiera. “No se puede gobernar de espaldas a la sociedad y sin transparencia”, sostuvo.

Desde el peronismo, Eduardo Valdés denunció la falta de información sobre los términos del acuerdo. “Nos quieren endeudar para siempre sin dar detalles”, criticó. Máximo Kirchner también fue tajante: “Esto va a fracasar y ustedes lo saben”, advirtió, recordando que su espacio votó en contra del acuerdo con el FMI en 2022.

Del otro lado, los diputados del PRO y la UCR justificaron su apoyo en la necesidad de estabilidad económica. “No vamos a especular con el futuro del país”, defendió Silvia Lospennato. Cristian Ritondo, en sintonía, enfatizó la importancia de dar gobernabilidad a Milei.

El momento clave llegó pocos minutos antes de las 17. Con lo justo, el oficialismo alcanzó los 129 votos afirmativos, la cantidad mínima necesaria. El peronismo y la izquierda votaron en contra, mientras que algunos legisladores de Encuentro Federal y el radicalismo se abstuvieron.

Facundo Manes, referente de Democracia

La estrategia detrás del decreto

A diferencia de un proyecto de ley, un DNU solo requiere el respaldo de una de las Cámaras para quedar firme. El oficialismo jugó esa carta para evitar la debilidad que enfrenta en el Senado. El decreto, ahora ratificado, le permite al Gobierno avanzar con la negociación con el FMI sin necesidad de más aprobación legislativa.

Mientras los diputados abandonaban el recinto, afuera seguían las protestas. El Congreso, una vez más, había sido el epicentro de una jornada en la que la política y la calle volvieron a chocar.