En las últimas semanas, las principales variables financieras de Argentina han mostrado señales de optimismo, impulsadas por expectativas sobre la economía y el contexto internacional. El economista Eduardo Robinson explicó que este fenómeno está reflejado en la baja del riesgo país, que alcanzó los 746 puntos básicos, niveles que no se registraban desde marzo de 2019. Este descenso sugiere un aumento de la confianza en los bonos de la deuda argentina y un creciente interés en la inversión en el país.
En paralelo, el dólar blue, indicador clave del mercado informal, disminuyó a $1.135, marcando una tendencia a la baja. Este comportamiento también se observó en la Bolsa de Valores de Buenos Aires, que subió un 3% en su última jornada. Sin embargo, Robinson advirtió que este “clima de euforia financiera” aún no impacta de manera significativa en la economía real, especialmente en los salarios y el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Expectativas internacionales y desafíos locales
El especialista señaló que las expectativas sobre posibles acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la eventual unificación del tipo de cambio están influyendo en el comportamiento de los mercados. Además, mencionó que el tipo de cambio bajo y la flexibilización en los aranceles para importar productos como electrodomésticos y juguetes han generado preocupación en el sector industrial local, que teme una mayor competencia con productos extranjeros.
Inflación y perspectivas para 2024
Por otro lado, la inflación mayorista del 1,2% en el último mes representa una señal alentadora para el control de precios minoristas. Robinson destacó que este indicador podría llevar a una inflación mensual de alrededor del 2% hacia fin de año, una mejora respecto de meses anteriores.
Vacaciones y turismo en un contexto económico cambiante
Ante la cercanía del verano, Robinson sugirió que los destinos turísticos internacionales, como Brasil y Chile, podrían volverse más accesibles debido a la devaluación de sus monedas. Esto contrasta con los precios de los destinos locales, que empiezan a equipararse con los del exterior.
Si bien las señales financieras son positivas, Robinson concluyó que todavía es necesario tiempo para que estas mejoras se reflejen en el bolsillo de los argentinos y en la actividad económica general.