En medio de los cruces entre el Gobierno y el PRO macrista en el Congreso, Javier Milei dijo esta mañana que Mauricio Macri no maneja su propia tropa, pero la casa de los libertarios no está exactamente ordenada. El escándalo protagonizado por la diputada Lourdes Arrieta (Mendoza), que empezó con la polémica visita al ex represor Astiz y siguió con su denuncia penal contra el titular de la Cámara, Martín Menem, puso una vez más en jaque la credibilidad política de La Libertad Avanza en el Congreso. Y si bien en el inicio la Casa Rosada había mantenido distancia delegando el problema en el riojano, en los últimos días Karina Milei empezó a seguir más de cerca la polémica y evalúa, a contrarreloj, modos de ponerla en caja.

Con el dialoguista Guillermo Francos alejado de la rosca y abocado a tiempo completo a su rol de jefe de Gabinete, es la secretaria general quien sigue y se ocupa desde esta semana de dar las órdenes al presidente del cuerpo sobre el creciente conflicto interno, de manera directa, o a través de su asesor, Eduardo “Lule” Menem. “Está hinchada las p…”, dijeron sin rodeos en Balcarce 50, esta mañana. Poco antes, el vocero Manuel Adorni, de confianza de la funcionaria, había deslizado on the record que los rumores de que se trataría de expulsar a Arrieta tenían asidero en la realidad.

El problema data de varias semanas, pero un hecho puntual rebalsó el vaso. Además de la denuncia penal de Arrieta contra Menem, que representó un punto de quiebre, dicen que vieron un “juego con el kirchnerismo”. “Nos enteramos de que estaba hablando con (el presidente del bloque K, Germán) Martínez y con (Leopoldo) Moreau. Y en la Comisión de Peticiones y Reglamento, donde se pidió hablar sobre el penal de Ezeiza, ella (por Arrieta) le cargó las tintas a Martín, que no tenía nada que ver. Incluso habló de un delito. Ahí se dieron cuenta que no daba para más, que era ilógico que siguiera”, confiaron fuentes calificadas. Arrieta no contestó a las consultas de este medio al respecto.

Por estas horas, la hermana del Presidente, que ya se había encargado de correr al ex jefe del bloque, Oscar Zago, por rebelarse, y excluyó a Marcela Pagano de la mesa de decisiones del grupo legislativo, está evaluando modos de sacarse de encima a la incómoda legisladora mendocina. “Estas cosas llevan tiempo, pero algo se va a hacer”, dijo un ladero de la poderosa secretaria general, conocida por su inflexibilidad frente a reacciones que considera traiciones.

El jefe del bloque, Gabriel Bornoroni (Córdoba), a quien Karina Milei había elegido hace unos meses para reemplazar a Zago mientras defendía el sello de LLA en Córdoba, no tuvo un rol importante en la discusión. En cambio, el mecanismo será ejecutado por Martín Menem, a través de una nota que le enviará al secretario parlamentario del bloque el martes, después de una reunión del bloque, con la comunicacion de la decisión. Aunque no se descarta que, en lugar de dar explicaciones, eleve una lista con la nueva conformación de la bancada, sin la mendocina.

Desde entonces, Arrieta debería crear su propio monobloque o sumarse a otro, condiciones indispensables para seguir ejerciendo su rol como diputada. Podría verse incluso empoderada, como ocurrió con Zago, porque los libertarios, que están muy justos con los votos propios y empezaron a sentir la distancia de PRO en proyectos clave, probablemente se vean obligados a negociar con ella. Justamente este escenario es el que querían evitar, pero al final decidieron que sostenerla adentro era más pernicioso que excluirla.