De acuerdo con los datos difundidos por el INDEC, en enero una familia de cuatro miembros (dos adultos y dos niños) necesitó $1.033.716 para no ser considerada pobre y $453.384 para no caer en la indigencia. Estas cifras corresponden a la medición de la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), dos indicadores utilizados para determinar los umbrales de pobreza e indigencia en el país.

La variación mensual de la CBA y la CBT fue de 0,9% en enero, una cifra significativamente por debajo de la inflación general que alcanzó el 2,2% en el mismo mes. Este incremento moderado en la canasta total es reflejo de un aumento anual de 73,2%, lo que representa un incremento por debajo de la inflación. En el caso de la CBA, que se utiliza para estimar la indigencia, la suba anual fue de un 58,8%, también por debajo del costo de vida general.

Comparado con diciembre de 2024, la cifra para no ser pobre subió en $9.281, mientras que la línea de indigencia aumentó en $18.764. En noviembre de 2024, la necesidad para evitar la pobreza era de $1.001.466, mientras que la de indigencia estaba en $434.620.

La Canasta Básica Total no solo incluye alimentos, sino también otros gastos esenciales como indumentaria, transporte, salud y educación, lo que define el umbral de pobreza. En cambio, la Canasta Básica Alimentaria se refiere exclusivamente a los bienes de primera necesidad que permiten cubrir las necesidades alimenticias mínimas de una persona.

A nivel individual, los adultos equivalentes, según la metodología del INDEC, necesitaron $334.536 para no ser pobres y $146.726 para no caer en la indigencia. Para hogares de tres integrantes, la cifra necesaria para superar la pobreza ascendió a $822.958, mientras que para evitar la indigencia el monto fue de $360.947. Por otro lado, una familia de cinco miembros precisó $1.087.241 para no ser pobre y $476.860 para mantenerse por encima del umbral de la indigencia.

El cálculo de la CBA y CBT se basa en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), que provee los datos de consumo de la población. A través del coeficiente de Engel (CdE), el INDEC establece la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales de los hogares, lo que permite estimar las canastas para medir los niveles de pobreza e indigencia en Argentina.

Este informe pone de manifiesto la creciente presión económica sobre las familias argentinas, cuyas necesidades básicas continúan aumentando a un ritmo superior al de los salarios, lo que agrava la situación de vulnerabilidad para millones de personas.