La inflación de julio volvió a acelerar tras el 6% que había marcado junio y alcanzó así el 6,3 por ciento, informó este martes el Indec. De esa manera, en los primeros siete meses del año la suba de precios acumuló un 60,2 por ciento y, medido de manera interanual, alcanzó 113,4 por ciento.
Los datos del IPC de julio no están influenciados aún por la devaluación del tipo de cambio que decidió el Gobierno este lunes, ya que el impacto en los precios se verá recién en el informe del mes próximo, que se conocerá a mediados de septiembre. Las consultoras empezaron ya a proyectar que los índices mensuales de agosto y septiembre podrían ser de dos dígitos.
Pero julio, aún sin ese movimiento cambiario, había tenido elementos que explicaron esa aceleración tras el “piso” (alto) de 6% en junio para 2023. Sobre la última semana del mes, las medidas adoptadas para paliar el drenaje de reservas –el dólar agro a $340 y la devaluación fiscal que implicó la aplicación del impuesto PAIS al 7,5% y 25% a las importaciones según su carácter– impactaron en los precios, con particular destaque para el salto en el valor de la carne. También el salto de la brecha cambiaria y la fuerte presión del dólar informal, prevén fuentes oficiales, tuvo algún efecto sobre fines de mes.
Sin embargo, los verdaderos coletazos no sólo de esas medidas sino, fundamentalmente, de la devaluación que empezó a regir este lunes con la corrección del dólar oficial a $350 se sentirán en el índice de este mes. La suba de 22% respecto del cierre del viernes tendrá, prevén los analistas, un traslado a precios más temprano que tarde y llevaría el indicador a los dos dígitos por primera vez en 20 años. Esa dinámica, prevén los economistas, se extendería al menos hasta octubre.
Es que, sobre el salto discreto del tipo de cambio se monta también la suba de impuestos dispuesta a principios de mes para las importaciones. Esa suba, a contramano de lo prometido por el equipo económico a los fabricantes de alimentos y otros productos básicos de consumo, se aplica sin excepciones. Esto a pesar de que desde la Secretaría de Comercio que conduce Matías Tombolini acordaron con la cámara que agrupa a las empresas del sector, Copal, que dirige Daniel Funes de Rioja, la confección de una lista de insumos a ser exceptuados del recargo.
El Gobierno, en ese sentido, empezará desde esta tarade a negociar una nueva versión del programa “Precios Justos”. En este contexto, las empresas de consumo masivo comenzaron a recibir invitaciones/citaciones para trasladarse a la Secretaría de Comercio que lidera Matías Tombolini, cuyo rol quedará desdibujado por el nuevo esquema decidido por el ministro de Economía, Sergio Massa. El candidato presidencial decidió que la coordinación de la tarea de control de precios recaiga sobre el titular de la Aduana, Guillermo Michel, su mano derecha en el equipo económico.
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