A casi cuatro años del crimen de Fernando Báez Sosa ocurrido en Villa Gesell, Graciela Sosa, la mamá de la víctima, volvió a hablar al respecto. En diálogo con Mañanísima (El Trece), la mujer declaró que, a pesar del paso del tiempo, aún no tuvo un pedido de disculpas de ningún tipo por parte de los padres de los ocho jóvenes encarcelados. “Ninguno de estos padres, que son 20, porque ocho están presos, en ningún momento me pidieron disculpas. Nunca me llamaron. Nunca”, reveló.

En diálogo con Carmen Barbieri contó visiblemente emocionada cómo recuerda a su hijo: “Fernando era mi todo. En este mundo venimos para estar un tiempo, nada es eterno, pero la forma en la que o asesinaron, que disfrutaron. Lo querían llevar como un trofeo”.

Además, se refirió al momento en que vio las imágenes del brutal asesinato: “Una madre da todo por su hijo. Viendo esa secuencia, nada podía hacer. Tenía ganas de agarrarlo, de cubrirlo para que no le hagan daño. Me hubiese gustado que todos esos golpes fueran para mí, no para él”.

 


 

Luego fue consultada si durante el juicio mantuvo contacto visual con alguno de los culpables, aclaró que ella los miró fijamente mientras escuchaba la audiencia y hubo algunos que le esquivaron la mirada, pero otros no.

Sobre los padres de los asesinos recalcó que ninguno la llamó y que “sus hijos venían haciendo esto”, en relación con la agresión en patota que llevaron a cabo. “Yo pienso que realmente se podría haber evitado. Si uno le marca que no lo debe hacer, no lo va a continuar haciendo. Fue muy doloroso, muy fuerte de escuchar, que lo querían a Fernando de trofeo”.

El juicio realizado durante 2023 por el Tribunal Oral Criminal N° 1 de Dolores dispuso la prisión perpetua para Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli por ser coautores del delito de “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía en concurso ideal con lesiones leves reiteradas”. Por su parte, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron una condena de 15 años al ser considerados “partícipes necesarios”.