La pareja del ex futbolista Fernando el Negro Cáceres, Raquel Candía, murió tras caer del séptimo piso del edificio al que recién se habían mudado ambos en la localidad bonaerense de Ramos Mejía.

Los vecinos señalaron que Cáceres y Candía se habían instalado el sábado pasado en ese lugar, situado en la calle Suipacha 360 del partido bonaerense de La Matanza. La mujer cayó al patio interno del inmueble, pero testigos señalaron que en las últimas horas se escucharon gritos. Asimismo, testigos revelaron a la Policía que la vieron caer, aunque se investigan las causas de esa muerte.

“Mi hermana no se mató, a mi hermana la mataron. Estoy re seguro que ella no se va a matar. Lo que tengo claro es que la mataron”, dijo uno de los hermanos frente a los medios que estaban en la puerta de la casa del ex jugador de la selección argentina.

Por su parte, uno de los hermanos de Raquel Candia ha sido todavía más directo, asegurando que “era una relación bastante agresiva por parte de él. Hay testigos y vecinos de acá que nos contaron que hubo una violencia anteriormente y que se acercaron al balcón y la empujaron y cayó al precipicio… Es un femicidio… Fernando Cáceres la maltrató siempre, es una mala persona. Es inhumano”.

El caso lo investiga el fiscal de La Matanza Carlos Arribas, quien trabaja en la declaración al Negro Cáceres, ya que era la única persona que se encontraba con la mujer al momento de su muerte. Además, se confirmó que, al entrar al departamento, los oficiales encontraron el domicilio totalmente desordenado.

El ex jugador de Argentinos Juniors, River y Boca, entre otros equipos, se desplaza en silla de ruedas desde hace más de 15 años, luego de un ataque a tiros que sufrió en un intento de robo el 1 de noviembre de 2009.

En aquella oportunidad, el ex defensor circulaba a bordo de su automóvil y al llegar al cruce de las calles Gaona y Falucho, en Ciudadela, fue interceptado por cuatro delincuentes armados que se movilizaban en dos Fiat Siena robados, en uno de los cuáles llevaban secuestrado a un remisero. Cuando Cáceres quiso dar marcha atrás para esquivar a los ladrones, uno de ellos disparó a través del parabrisas y le dio en la cabeza.

El ex futbolista quedó en gravísimo estado y perdió el ojo derecho, pero además el proyectil le quedó alojado en el cerebro. Ante esa situación se vio obligado a movilizarse en silla de ruedas. Por el ataque, dos de los asaltantes, apodados “Kuki” y “Chanchi” -de 17 años en ese momento- fueron declarados culpables en el juicio.