Este domingo se realizó el segundo debate de candidatos y candidatas a presidente de la Nación. Comenzó a las 21 en la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Tuvo la misma dinámica que el cruce del domingo pasado con tres ejes temáticos y el espacio de preguntas cruzadas. Ahora los rivales se medirán en las urnas el 22 de octubre próximo. Si hay balotaje, habrá otro debate, también en la facultad de Derecho de la UBA el 12 de noviembre.
Los nuevos ejes del debate fueron: Seguridad; Trabajo y Producción; y Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente. Cambiaron también los moderadores y en esta oportunidad estuvo el periodista de la casa, Sergio Roulier.
Todos los candidatos, Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda y los Trabajadores – Unidad), usaron su minuto de presentación para, entre otras cosas, expresar su solidaridad por las víctimas israelíes.
Luego, comenzó el primer tema, Seguridad, con referencias directas a Rosario y Santa Fe. Bullrich prometió, nuevamente “ingresar con todas las fuerzas” a las ciudad si es electa; y Massa anticipó un FBI argentino con sede en Rosario.
También le recordó a la ex ministra de Seguridad que los inhibidores de señal en las cárceles se desactivaron durante su gestión bajo las órdenes del ex presidente Mauricio Macri y anticipó un “FBI argentino” con sede en Rosario.
Esta vez, los candidatos administraron mejor sus derechos a réplica: Milei, Massa y Schiaretti las agotaron en el segundo eje; en el debate anterior lo habían hecho en el primero.
La facultad de Derecho de la UBA ya se ha convertido en una clásica sede de los debates presidenciales. Con su enorme auditorio y amplias aulas permite asistir y trabajar con comodidad a los candidatos y sus equipos, la organización, la emisión televisiva y la cobertura periodística de medios nacionales e internacionales que se darán cita.
Este edificio también albergó el primer debate presidencial de la historia argentina de cara a las elecciones generales de 2015. También el cruce entre Mauricio Macri y Daniel Scioli, previo al balotaje de ese año. Y hace cuatro a uno de los dos debates cuando ya eran obligatorios por ley y organizados por la Cámara Nacional Electoral.
Si este año hay segunda vuelta electoral, el debate entre los dos que pasen a esa instancia será en la misma sede porteña y una semana antes de los comicios, el 12 de noviembre.
La metodología del debate
La metodología de deliberación fue la misma que la del domingo pasado. Hubo una apertura de un minuto para cada candidato y luego los tres ejes temáticos donde los participantes expusieron durante dos minutos sin interrupciones, mientras que podían pulsar un botón para pedir una réplica a lo dicho por cualquiera de los otros. Fueron cinco posibilidades para cada uno durante los tres ejes y esas réplicas no podían durar más de 45 segundos y se otorgaron según el orden del pulsado. Se hicieron luego de cada exposición.
Las réplicas fueron la novedad de esta nueva edición de los debates presidenciales. En el primero de los encuentros, los candidatos hicieron uso de todas las chances permitidas. Incluso, los aspirantes de La Libertad Avanza y Unión por la Patria los agotaron durante el primer eje, Economía.
Seguridad fue el primero de los ejes, después le sigue Trabajo y Producción. Y después del primer corte llegará el tema elegido por votación de la ciudadanía: Desarrollo Humano, Vivienda y Protección del Ambiente.
Después llegó el turno de las preguntas cruzadas. Cada candidato tuvo que hacerle una pregunta a los otros cuatro. Cada pregunta podía durar hasta 15 segundos y la respuesta no deberá extenderse más de 45 segundos. Al final, hubo un minuto de cierre o conclusión para los cinco.
Mientras un participante hace uso de la palabra, el resto tiene sus micrófonos silenciados y no pueden hablar. Eso fue acordado -y firmado en el reglamento de participación de los debates- entre los organizadores y los equipos de campaña.
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