El Gobierno Nacional ha declarado la pre-emergencia energética en respuesta a la creciente escasez de gas en Argentina. La situación se ha visto agravada por la llegada anticipada del frío, una circunstancia que ha aumentado la demanda de este recurso vital. Funcionarios gubernamentales señalan que la falta de obras de infraestructura es un factor clave en esta crisis.

Entre los problemas de oferta que contribuyen a esta crisis se encuentra la reducción del gas proveniente de Bolivia, uno de los proveedores tradicionales de Argentina. A esto se suman los retrasos en obras de infraestructura cruciales, como la reversión del Gasoducto Norte, un proyecto que resulta fundamental para garantizar un suministro adecuado.