El sector supermercadista enfrenta un escenario preocupante debido a la continua disminución en los niveles de consumo. En medio de un contexto económico fluctuante, se reportan varios meses consecutivos con cifras negativas, reflejando una tendencia que también afecta a otras actividades económicas.

La situación es especialmente inquietante para los almacenes de barrio y pequeños supermercados locales, quienes enfrentan condiciones menos favorables para competir en precios con las cadenas nacionales. Esta disparidad pone en riesgo su capacidad de mantenerse a flote en un mercado cada vez más exigente y competitivo.

La caída en las ventas no solo preocupa a los empresarios del sector, sino que también genera incertidumbre sobre el panorama económico general.